Muchos medios informativos españoles acusan al primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, de tratar de desprestigiar la política con decisiones extravagantes, típicamente fascistas, entre ellas la de seleccionar misses para presentarlas a diputadas del Parlamento Europeo.
El politólogo Sixto Martínez Barco narra que Mussolini explicó una vez el origen de su fascismo: “Yo no lo inventé. Me sumergí entre los italianos y se lo copié”.
El fascio o fasce era un emblema romano, haz de varas unidas en cilindro que representaban las treinta curias o pueblos que formaron el imperio.
Aparece en la iconografía histórica con grandilocuencia perenne, dos mil años antes de Mussolini o Berlusconi, y presenta a una Italia de líderes gesticulantes, pomposos y con rictus previsibles, con y sin cejas circunflejas.
España también mantiene estereotipos perennes, aparte de los de flamencos y de los toreros. Así, en lugar misses, el partido gobernante se hace pasar por Obama y coloca para Europa a la mujer abandonada por un expresidente del Gobierno. A los candidatos no los eligen por su capacitación, sino como reclamo seudoamericano de pasarela, como Carla Bruni o las misses italianas.
Otro estereotipo certero del español es que acosa mediáticamente al rival ideológico, con o sin pruebas.
En la España Negra el papel lo adoptaba la Inquisición, ahora es el Estado quien viola los derechos individuales, sagrados constitucionalmente: un fascismo retorcido.
Es el caso de la revelación continuada de secretos sumariales entregándole a la prensa amiga dossieres, conversaciones telefónicas íntimas, ocasionalmente manipuladas, y demás bombas de destrucción moral masiva.
Las revelaciones, ciertas o no, no esperan al juicio legal sino que son condenas a priori como las de la Inquisición y el Tribunal de Orden Público franquista, y herramientas de un poder arbitrario y ventajista.
La política española también tiene su fascio dentro. Berlusconi, al menos, va de frente.
Pues, sí. Estamos de nuevo con el clásico TRIBUNAL DE ORDEN PÚBLICO franquista, a cargo de los chamarileros.
Publicado por: Tellagorri | jueves, 30 abril 2009 en 09:18