Si habla usted con numerosas personas sobre Marta del Castillo, desaparecida el 24 de enero en Sevilla, observará que la mayoría le dice que la policía debería haber hecho “cantar” a su asesino confeso para evitar que durante estos tres meses, y con un enorme coste emocional y económico, hayan tenido que buscar sin éxito el cadáver en los distintos lugares en los que Miguel Carcaño dice que lo tiró.
Son como buena parte de la opinión pública estadounidense, que aprueba que se haya maltratado a los yihadistas presos en Guantánamo para extraerles información.
En España se entiende como tortura el “Grave dolor físico o psicológico infligido a alguien, con métodos y utensilios diversos, con el fin de obtener de él una confesión, o como medio de castigo”.
En EE.UU. se debate ahora la posibilidad de que Barack Obama permita juzgar a quienes autorizaron asustar a los presos de Al-Qaeda, sin que los expertos en legislación se pongan de acuerdo en si aquello era o no tortura, porque hay quien afirma que hacer creer que se va a morir asfixiado o provocar miedo o asco no lo es.
Pero ahora, según los medios informativos estadounidenses, el director del máximo organismo de la Inteligencia Nacional (DNI), el almirante Denis C. Blair, nombrado por Obama, ha advertido que esas actuaciones evitaron terribles atentados, comparables a los de las Torres Gemelas, uno de ellos en Los Ángeles.
La situación es que la Administración Bush opinaba que no torturaba porque no provocaba “daño físico o mental severo” a los yihadistas, algo que Obama parece no compartir, aunque sí su jefe de la DNI y parte de la opinión pública estadounidense, y también mucha de la española viendo el caso de Marta.
Ahora, dígase usted internamente qué piensa en un sentido u otro.
Es difícil el planteamiento. Está claro que hablar de ventajas para el preso por colaboración, poco influye a la hora de estar preso aquí en España; que mas da enfrentarse a 500 años o 100, si mas de 30 años no va a estar en la cárcel. Por lo opuesto esta el dar ciertos poderes a personas que tienen, unos que obedecer, otros impacientes, y algún que otro con el corazón duro tras años de fustigar a seres humanos. Digo del que tenga que ser el verdugo.
Claro, que si sirve para salvar vidas humanas, como dice el almirante Denis c., ciertamente, me parece de lo más oportuno. Pero no para sacar una confesión. Aunque, entre mi dilema, exista la opción de que marta este vida y secuestrada, o vendida.
Así, que por lo pronto NS/NC
Publicado por: atroma | viernes, 24 abril 2009 en 19:48