Después de escuchar millones de confesiones a través de sus sacerdotes, el Vaticano ha jerarquizado estadísticamente los pecados de hombres y mujeres, y sus conclusiones nos sugieren que el Gobierno de Rodríguez Z es de carácter femenino.
Aunque le disguste al feminismo, algo sabrán los curas tras oír miles de millones de confesiones para afirmar que el pecado más común del hombre es el de la lujuria, y el de la mujer, la soberbia.
Imperfecciones que se manifiestan desde antiguo en todas las sociedades, pese a lo cual aún llamó la atención hace unos años el libro de Robert Kagan “Of Power in Paradise” en el que afirmaba siguiendo a la mitología clásica que EE.UU. era de Marte, dios de la guerra –ya veremos de qué es Obama--, y Europa de Venus, diosa del amor.
La lascivia masculina suele exteriorizarse en la belicosidad al tratar de poseer y dominar a otra parte: José María Aznar fue lujurioso cuando acudió a Irak.
Como Felipe González una década antes cuando ayudó contra Sadam a Bush, padre, y vigorizó en alta mar a los quintos españoles con las minifaldas de Marta Sánchez: lujuria por doble vía.
Rodríguez Z. comenzó venusino, rodeándose de mujeres. Retiró las tropas de Aznar y, dominado por la soberbia de tal triunfo, lleva cinco años coqueteando femeninamente, como cuando, pizpireto, presumía de haber puesto España en la Champions League de la economía mundial y anunciaba que se comería Francia y Alemania en un par de desayunos.
Ahora, claro, por al norte de los Pirineos se ríen del hembrismo zapateril, de sus cinco nuevos parados por cada francés y de sus cuentas de la lechera.
Pero Z sigue proclamando con soberbia femenina que su vicepresidenta vale más que Carla Bruni.
Hombre Manuel, esa frase tuya de “hembrismo zapateril” me alegra que la publiques; sobre todo porque si seguimos el sentido de tu sintaxis, más que venir de ti, parece que viene de los franceses. Otra cosa es esa definición eclesial de hombres lujuriosos y mujeres soberbias... yo más bien siempre había creido que era al contrario. Lo que no tengo ninguna duda es de la soberbia del zapateril feminismo.
En cualquier caso es bueno que se conozca en Europa a este gobierno por lo que es: un gobierno hembrista y antivarón. Un gobierno que estigmatiza a la media sociedad masculina por el sólo hecho de serlo. Que ha oficializado para todo varón divorciado el repudio de su propia casa por parte de su esposa. Que al padre separado la mujer de facto les rapta a los hijos de ambos. Que le explota económicamente durante una media de más de veinte años.
Este mes se celebrará en España el Día del padre sin que cerca de un millón de padres e hijos puedan compartir ese día dicha paternidad; pues ésta como valor individual, familiar y social en paridad con la maternidad, de facto ha sido destruida por la jurisprudencia feminista.
Por el contrario en Francia, para empezar, la paternidad y maternidad son paritarias por ley, ya que la custodia compartida se otorga automáticamente (excepto en los casos de imposibilidad penal), siendo monoparental a favor del padre/madre si el otro la impidiese o se negara a la mediación obligatoria. No solamente eso, en Francia, la separación matrimonial implica de facto la división de los bienes de la sociedad marital en proporción directa a las aportaciones previas realizadas al matrimonio y, la pensión entre cónyuges está limitada temporalmente (2-4 años máximos).
Similares leyes están reconocidas en toda la Europa del Norte. No sólo, las leyes de apoyo a las familias, a diferencia de la existente en la hembrista España, aquellas están aumentando su índice de natalidad, entre otras razones, porque las políticas familiares para nada discriminan al varón de su familia, esté o no separado. No se privilegia la familia monoparental femenina, y menos aún se estigmatiza al varón y su paternidad vía ideología de género, como se hace en España por el hembrismo feminista.
La media del número de mujeres asesinadas en España es la más baja de Europa (siempre lo fue) y para nada estos países han institucionalizado “el derecho de autor” (pues va contra el estado de derecho). En España los asesinatos de mujeres desde la instauración de la jurisprudencia feminista, no han dejado de aumentar, no sólo la violencia de los hombres a las mujeres, sino también ha aumentado la violencia de las mujeres a los hombres y sobre todo la violencia entre las propias mujeres (cosas ambas que el feminismo mediático silencia).
Y para terminar, el feministo zp, ha elegido como ministras a un elenco de mujeres, que para la gran mayoría de ciudadanas españolas les hace sentir vergüenza y humillación, al instaurar con sus políticas el valor de la cuota por encima del mérito. Ministras que se creen diosas con curriculums de altísima pobreza académica y profesional; ministras que durante décadas han definido al españolito como moro, para desde su vicepresidencia acabar trayéndonos a las moras con burka a vivir en España; ministras para cuyo ministerio sólo tiene razón de ser en tanto en cuanto sirve para adoctrinar a nuestros hijos en la ideología de género y odio al varón; ministras, para las que les es imposible el propio reconocimiento de sus continuados errores al tiempo que define como machista al hombre que ose criticarlos; ministras, en definitiva, que son la peor representación de lo femenino... y por ende, “el hazme reír” del mundo más desarrollado.
Que estos tipos de mujer se caracterizan por la más perversa soberbia no me cabe la menor duda... y ojalá algún día la soberbia sea definida como una forma de maltrato. Si así fuese, estoy seguro que entonces... “rara avis” sería la ministra zapateril que evitaría la cárcel. En cualquier caso yo no pierdo la esperanza de que algún día estas soberbias hembristas sean definidas como maltratadoras.
Gracias Manuel por la negativa publicidad que haces del “hembrismo zapateril”. Cada día somos más.
Pablo el herrero
Publicado por: Pablo el herrero | martes, 03 marzo 2009 en 00:01