Aunque les inculcan antirracismo en sus institutos, actualmente el 40 por ciento de los chicos y chicas españoles de entre los 13 y los 19 años rechaza a los marroquíes y el 19 por ciento a los judíos, según una encuesta del CEMIRA, Centro de Estudios sobre Migraciones y Racismo de la Universidad Complutense.
En medio están, entre otros grupos, los gitanos, a los que detesta el 27,7 por ciento de los 10.507 encuestados, o los latinoamericanos y asiáticos, pero ahora lo interesante es este racismo español contra parte de sus antepasados.
Antepasados, sí, porque ya apareció el último American Journal of Human Genetics con los resultados de una investigación de genetistas sureuropeos y de Israel que demuestra que la mayoría de los españoles porta un 69 por ciento de genes de origen íbero, pero también un 20 por ciento semita, mayoritariamente judío y poquísimo árabe, y un 11 por ciento norteafricano no semita.
Conjuntando los resultados del CEMIRA y los de los genetistas podemos deducir que a más de la mitad de los jóvenes les repelen ambos antepasados parciales, aunque sólo se manifiestan públicamente contra los judíos.
Tras descubrirse que los atentados del 11M probablemente eran obra de norteafricanos nadie se reveló contra este grupo con, al menos, 1,6 millones de inmigrantes en España; pero sí hubo indignadas protestas hace unos días contra judíos españoles, 60.000, vinculándolos a la respuesta militar israelí contra el terrorismo de Hamás.
El español repudia a los norteafricanos el doble que a los judíos, pero lo oculta, y poseyendo el doble de genes judíos que norteafricanos, públicamente los rechaza más.
Los jóvenes españoles desprecian a los norteafricanos, pero no lo expresan abiertamente: es políticamente incorrecto y, además, parecen tenerles miedo. Cobardía en nombre de la paz.
Quizás por eso multiplican ese rechazo a los judíos cuyos jóvenes demuestran ser valientes desde hace seis décadas. A los españoles les molesta la valentía para obtener la paz: el resentimiento de la envidia.
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Lectura recomendada:
por desgracia gran parte de nuestra juventud está anclada en la herencia y educación que les dejan sus padres: apatía, comodidad, botellones y pastillas, rebeldía de salón, racismo de revista, antipatrioterismo de mentecatos, mucha wii, poco esfuerzo, viva el che, viva palestina, anti usa de boquilla etc. etc.
Publicado por: Don Ramiro | martes, 10 febrero 2009 en 19:24