Fidel Castro mantiene aún muchos admiradores en España en este 50 aniversario de su régimen. Supuestos demócratas y antifascistas, defensores de aparentes causas progresistas, especialmente las hostiles a occidente, y generalmente cercanas al terrorismo de Hamas, de Hizbulá, y al régimen iraní: admiración hacia lo jurídicamente medieval y políticamente islamonazi.
Son mayoritariamente excomunistas afiliados al PSOE, izquierdistas románticos y radicales, ultraizquierdistas del nacionalismo --De Juana Chaos manifestándose en Berlín contra Israel--, miembros de grupos antisistema, algunos cristianos místico-espiritifláuticos, y buscadores de sexo fácil, entre ellos numerosos artistas.
Usan como gran argumento fidelista su medicina y su educación, servicios que, pese a sus logros en los primeros años de la Revolución, están hoy arruinados. Y olvidan que antes de l-esa Revolución Cuba era el país más rico de América tras EE.UU., Canadá, Argentina y Uruguay. Ahora sólo está por delante de Haiti.
Además, medicina y educación fidelistas nunca llegaron a ser mejores ni a estar más universalizadas que las franquistas de 1960, con seguridad social, menos chabolismo que hoy en Cuba, y con niños escolarizados y menos adoctrinados. Escandalosa verdad, en 1970 los disidentes tenían más libertad política que los de la Cuba actual.
Aquel franquismo protegió a Fidel cuando EE.UU. decretó el embargo comercial por no indemnizar a sus ciudadanos cuyas propiedades había nacionalizado.
Franco rechazó seguir ese ejemplo, como le pidió Kennedy. Incluso lo boicoteó, pese a que Fidel expropió también los bienes de los españoles, que no se exiliaron en su país para no caer en el franquismo y gran número de ellos huyeron a Miami. Como rechazan el castrismo aquí los conocemos como "la gusanera".
Agradecido a Franco por no haberse unido a embargo, Castro decretó discretamente tres días de luto nacional cuando murió el dictador español. El corresponsal en Cuba de la Agencia EFE, Francisco Rubiales, reveló la noticia, para asombro mundial.
Cuba es un cementerio industrial, comercial y moral. Donde mucha gente común de ambos sexos se prostituye entregándose a heterosexuales y a homosexuales indistintamente.
Pocos fidelistas españoles admiran realmente a Cuba. Aman, eso sí, su dictadura, ese fracaso histórico en el que ellos se sienten virreyezuelos porque allí, con algunos euros o dólares, eyaculan todas sus miserias y fracasos de aquí.
Los admiradores hoy en ESPAÑA del sanguinario-dictador Castro son los herederos, mal que les pese, de los falangistas de los años 50/60 que en su ciego anti-norteamericanismo veían en el barbudo comunista el ideal encarnado de su "revolución pendiente"; mucho ha llovido desde entonces, pero la ignorancia sumada al sectarismo pseudo idealista de sus años jóvenes cegaban su mirada y no les dejaba ver el trasfondo comunista y liberticida de la revolución castrista.
Algo similar ocurre con la condescencia de los pijo-progres actuales hacia las dictaduras terroristas musulamanas de hoy; nuestra "tradicional amistad con los hermanos árabes" de la retórica falangista de los años de la dictura franquista parece resucitada con la "alianza de civilizaciones" de Z que no quiere ver el fondo de la situación actual de todos estos paises en los que la teocracia islamista anula cualquier resquicio de libertad y de derechos humanos; pero se trata de enemigos de los USA, de los judios, del capitalismo explotador del pobre palestino, y por tanto hay que apoyar esta nueva revolución aun a costa de destruir los pilares de la civilizacion occidental.
Publicado por: F.J. | viernes, 16 enero 2009 en 18:16