El Gobierno atribuye la reciente huelga de los secretarios judiciales y las protestas de los jueces a un movimiento corporativista contra las sanciones al personal de justicia de Sevilla que no detuvo al pederasta que, estando en libertad, mató a Mariluz Cortés la primavera pasada.
Pero, no: la pequeña multa al juez Tirado y la sanción de tres años de empleo y sueldo a la secretaria Juana Valdez tapan la indignación contra la intromisión política en la justicia.
Los paros de los secretarios de 3.000 de los 4.000 juzgados españoles, y las reuniones de protesta del ochenta por ciento de los jueces recordaban el caso Mariluz, pero sobre todo el de otra niña que fue asesinada en 1992, Olga Sangrador.
Ocurrió después de que el magistrado Ignacio Sánchez Yllera, de Jueces para la Democracia y juez de Vigilancia Penitenciaria de Valladolid, hubiera ordenado conceder el tercer grado, en contra del criterio de todos los especialistas penitenciarios, al peligrosísimo pederasta Juan Manuel Valentín Tejero.
Por razones ideológicas –el delincuente siempre es una víctima-- Sánchez Yllera repudió los múltiples informes que le presentaron, liberó a Valentín y este, inmediatamente, mató con crueldad infinita a Olga, de nueve años.
No castigaron al juez. Lo premiaron: en 1994, siendo Belloch ministro de Justicia, la hoy vicepresidenta lo nombró director del Gabinete de la Secretaría de Estado.
Luego, el 19 de abril de 2004, tras volver el PSOE al poder, Fernández de la Vega lo hizo Director del Gabinete de la Vicepresidencia. Hoy es letrado del Constitucional, otro premio político.
La protesta, dicen muchos jueces, es contra quienes atentan contra la justicia independiente politizándola, como la vicepresidenta, que ha exigido al Consejo General del Poder Judicial grandes castigos para Tirado –Valdez depende del ministro Bermejo--, mientras ella recompensa a sus afines que cometen terribles desviaciones por empecinamiento ideológico, como Sánchez Yllera.
Gracias sinceras por entradas como ésta y por contar y recordar verdades. Nuestra desinformación actual y maipulación de las noticias no tiene límites. Desconocía la historia del juez Sánchez Yllera, y me ha parecido espeluznante. Expreso mi repugnancia hacia De la Vega y muchas de sus actividades, que se van conociendo poco a poco. Aquellos que tanto presumen de moral suelen estar tan, tan sucios por dentro... No sólo en sus actividades, si no en su aspecto físico, cada día se parece mas al corrupto jefe de Homer Simpson, el dueño de la nuclear Montgomery Burns.
Publicado por: Nora | viernes, 24 octubre 2008 en 19:35