Hay una sensación general de que el poder político, militar y económico de EE.UU. está en decadencia aunque conserve su capacidad creativa, científica, tecnológica y cultural.
Cayó el expansionismo comunista soviético bajo el peso económico-militar de Washington, pero renace la Rusia rica en materias primas chantajeando a los europeos y aliándose con los “nuevos socialistas” latinoamericanos que dirige Chávez.
Desde la desaparición de la URSS en 1991 y hasta el ataque a las Torres Gemelas, una década después, era inimaginable que cualquier Hugo Chávez, exgolpista y protector de los narcoguerrilleros colombianos siguiera gobernando Venezuela. Recuérdese: Fidel Castro se mantuvo en los años más difíciles solamente gracias al apoyo soviético.
En Bolivia, que sufrió 56 golpes de estado entre 1934 y 1985, era impensable la continuidad del presidente indigenista cocalero Evo Morales sin una clara debilidad o un desinterés estadounidense por su “patio trasero”.
Morales reta a parte de los bolivianos, pero también a un George W. Bush absorbido por la decadencia del dólar, la lucha contra el terrorismo islamista, y las guerras de Irak y Afganistán.
Rafael Correa, en Ecuador, o el sátrapa pederasta Daniel Ortega, en Nicaragua, entre otros, se enfrentan ostentosamente a un Washington que ni responde ya a sus insultos.
Son dirigentes que coquetean con Rusia y China, que entraron plenamente en la globalización capitalista, en la que ya compiten con EE.UU. Y que militarmente esbozan alianzas entre ellos y ese “patrio trasero” de EE.UU., mientras Irán se prepara sus armas nucleares islámicas.
A esta revuelta antiestadounidense no se les han unido los izquierdistas precavidos Lula da Silva, de Brasil, Michelle Bachelet chilena, o el peruano Alan García, pero aún así, Obama y McCain tienen que saber que uno de ellos heredará un poder en decadencia, pero también el país de la creatividad, el progreso y la democracia más longeva de la historia.
efectivamente y desgraciadamente porque si el poder hegemónico de EEUU se desintegra, espero que los antiamericanos progres tengan bien claro lo que hará Rusia o Irán contra nuestros países. La única satisfacción que sentiré será ver a los progres arrodillandose para pedir que "vuelvan los yanquis."
Ningún otro país es capaz de salvaguardar los derechos del hombre porque, por lo contrario, ni lo reconocen...ni siquiera Europa.
Publicado por: Alfredo | jueves, 02 octubre 2008 en 19:40