Probablemente la mayoría de los fusilados por franquistas y antifranquistas, enterrados en fosas comunes, ni siquiera pertenecían a ninguno de los dos bandos: los mataban por celos, ambición, por antipatía, por viejas rencillas familiares, para no pagar una deuda.
Esa es la verdad oculta por la politización en nombre de memorias históricas sobre aquellos siniestros años, y no sólo los del franquismo, porque desde 1934 ya se cometía gran número de asesinatos.
Debe hablarse de una novela que merecería ser reconocida como grandiosa por retratar con enorme calidad literaria los amores, odios, enfrentamientos, locuras, dramas, terrores y venganzas en un pueblo castellano en la república y el franquismo.
“Los caminos encontrados” (Ézaro-Nortideas), es una novela excepcional, sorprendente por ser la primera del periodista Manuel R. Mora, manchego universal exdirector y excorresponsal en distintos países de la Agencia EFE.
Es una vasija que condensa en sus 525 páginas medio siglo de nuestra historia, narrada con fuerza, viva en hechos y emociones, con personajes reales, una terrible historia de amor al fondo, y con todas las esencias de la vida de la gente común en la república y el franquismo.
Una Capilla Sixtina de esos años, cuyos personajes viven pasiones lícitas o prohibidas que recogen en un texto las que Shakespeare reflejó en toda su obra.
Esa es la España real, de la guerra, de los guerrilleros, del amor, los fusilados a veces por ser fieles a un santo o por ser ateos, por un antiguo agravio de familia.
Más que franquistas o antifranquistas lo que hubo en España fueron vidas comunes, personas con emociones, grandezas, miserias y dramas, y eso es lo grande de la novela, porque son gentes que existen, que son reales.
Recuerde usted, “Los caminos encontrados”: debe leerse. Literatura. Memoria e Historia.
Yo leí el libro y me extrañó mucho no haber encontrado muchas páginas en los periódicos alabando esta maravilla. Me alegro de que Vd. comparta conmigo, que soy castellano-manchego como el autor, al que no conozco, la visión de esta gran obra literaria.
Publicado por: Genaro Piedrahía | lunes, 13 octubre 2008 en 09:20