En los medios informativos políticamente correctos y progres españoles Barack Obama tiene tantos fans que gritan entusiasmados un españolísimo lema, “¡Obama, dales caña!”, naturalmente a los republicanos, pero sobre todo al PP, al que identifican con McCain y Sarah Palin.
Parecen ignorar que defiende la pena de muerte, que ahora apoya mantener las acciones militares de su país en Irak, que está pacificándose tras vencer a los terroristas de Al-Qaeda y a los asesinos radicales islamistas.
Pero los obamistas españoles se crean nuevos frentes igualitarios para desviar la atención de esta política netamente estadounidense: ahora quieren que, siendo afroamericano, por lo menos, humille a los WASP, blancos dominantes estilo Bush, a los que acusan de racistas.
Pero en España, en cuanto la gitana Pilar Heredia le hizo sombra en el Instituto de la Mujer al “antirracista” Zerolo, el jefe de los gays izquierdistas usó técnicas del Ku-Klux-Klan para destituirla y desacreditarla.
Como el diputado socialista andaluz públicamente antirracista que pedía cuando creía que no lo oían “¡Al puñetero moro este que lo manden ya a Marruecos, y con él a todos los demás!”.
Por otra parte, si Obama llega a presidente no va a gustar aquí su mandato, que será parecido al de cualquier otro predecesor: por ejemplo, bombardeará Irán si amenaza a Israel, reforzará la OTAN y el poder militar estadounidense, y considera chiflados a Morales y Chávez..
Cierto: se opone al proyecto de los republicanos de regular el aborto, que en EE.UU. esta liberalizado, pero entiende como matrimonio solamente la unión hombre-mujer, defendiendo simultáneamente los enlaces gays sin ese nombre de matrimonio ni la adopción de niños: lo que proponía la homófoba derecha española, mire usted.
Como gane Obama, sus fans españoles quedarán chafados por su política nacional e internacional y nunca entenderán que si propropone el “cambio” es para que todo siga igual.
Si, tienes razón, mucho cambio no representa cuando sigue utilizando los mismos métodos de la vieja política de los EEUU, la política del escándalo.
Publicado por: Jorge Juan Morante López | sábado, 13 septiembre 2008 en 19:17