Tras ver a esa chica iraquí envuelta en explosivos que no quiso activar y que se entregó a las autoridades la gente se pregunta por qué aceptó llevar la carga y qué Paraíso le esperaba si se hubiera explosionado entre decenas de personas.
Muchos suicidas son deficientes, niños y adolescentes como esta muchacha producto de la poligamia, de madres abandonadas o repudiadas, sin alimentos para su prole. Mujeres que sacrifican a un hijo porque, muerto, alguien les premiará con la supervivencia temporal del resto: Sadam Hussein abonaba 25.000 dólares por cada suicida palestino.
Pero quien muere no va a gozar en este mundo del capital obtenido, por lo que espera tener un lugar especial en el Paraíso donde experimentará placeres inconmensurables.
Sabemos cuál es el premio para los hombres: Mohamed Atta y los pilotos del 11S disfrutan ahora mismo, y para toda la eternidad, de ríos con frescos vinos, allí permitidos, árboles que sostienen delicados frutos con sensuales fragancias y sabores y, lo mejor, de las 72 huríes de profundos ojos negros que renuevan cada día su virginidad, rota previamente por el incansable ímpetu del macho suicidado para gloria de Alá.
Pero ese Paraíso no es para mujeres. El Corán y los hadices no dicen cómo se les premia. No hay ni una sola referencia sobre dónde y cómo vivirán tras su muerte.
Algunos sabios del islam creen que las creyentes se transformarán en huríes, pero tal teoría es refutada por la mayoría, por lo que todos concluyen sus análisis con la frase “wa Al-lâhu 'alim", (sólo Alá lo sabe).
Así que suicidarse por el islam siendo varón puede ser seductor, pero para la mujer es prueba de ciego optimismo y de mala cabeza porque a saber a dónde diablos mandará Alá a estas sadomasoquistas tan definitivas.
Como el mahotemismo avanza (ya hay cincuenta y tantos millones en Europa) estaremos en breve por acá rodeados de los de Alá.
Las tres religiones del "libro" se sucedieron por órden apologético inverso. Los judíos tienen poco interés en que la gente se convierta al clan de Abraham. Ellos tienen religión propia que es como tener casa propia, bien guarnecida y confortable. Su Dios es de ellos; los defiende y protege.
El cristianismo tiene la palabra divina y el mandato de extenderla por el mundo. Se ha hecho así no sin críticas históricas, pero aún mediando errores y otras cosas la Iglesia llegó a casi todos los rincones.
En los musulmanes el furor apologeta deja muy atrás al uterino. Su labor de conquista es como hecha con panzers, van avanzando y terreno que logran ya no hay marcha atras. Se cepillan a todo religioso que no sea de su religión y también aquel que apostata. Cepillan tan bien que no hay mejor que un buen cepillo árabe de pelo de camello.
El problema lo van a tener más adelante, en Europa, convirtiendo a los infieles, por esas cosas que dice el Sr. Molares. Porque los españoles -por poco reprimidos que sean-lo de las huríes en primer lugar y el vino en segundo, se van a dar codazos para llegar los primeros, pero las mujeres, antes llamadas gachises, llegar al paraíso para estar no se sabe cómo y ni siquiera dejarlas dar un garbeo con danza del vientre incluída, se van a apuntar muy pocas.
Algo tendrán que hacer los mustafás. Quizá encontrar un anexo del Corán, en unas ruínas cordobesas, donde además de ampliar el menú incluyendo el jamón de Jabugo, haya sitio para una brigada de bomberos en tanga y que las bienaventuradas, incluso alguna con ojos azules, puedan tener algun desfogue.
Así que esperamos que Zapatero cuando negocie esta cosa de la Alianza de las Civilizaciones, haga algo, él que es tan 50%.Hasta podría cambiarséles algo el nombre, por ejemplo: huríos y hurías.
Entonces como mi santa y yo nos tenemos muy vistos, igual pedimos el ingreso.
Publicado por: Jeremías | jueves, 28 agosto 2008 en 20:14