Todos los bañistas de la playa pegada a Vandellós II supieron hace unos días que esa central nuclear había sufrido un grave incendio, pero ninguno huyó de sus cercanías aún oyendo sirenas de bomberos procedentes de aquella enorme cúpula de la que salían chorros de vapor.
Para desesperación de los antinucleares, la playa tarraconense siguió abarrotada de gentes que le temen más a los hongos-medusa del Mediterráneo que al posible hongo atómico.
A unos 8.700 kilómetros de distancia, en Hanford, estado de Washington, EE.UU., hay un nuevo Paraíso Terrenal: un área de 790 kilómetros cuadrados de la que salió el plutonio de la primera bomba atómica, y donde entre 1943 y 1963 se montaron nueve centrales nucleares, hoy cerradas, pero reinstaladas en otros lugares.
Obreros especializados descontaminan las zonas en las que queda alguna radiación y van dejando el terreno limpio para que se desarrolle la vida salvaje.
Allí crecen numerosos animales, incluyendo todas las variedades de peces del río Columbia, que refrigeraba las centrales, y distintas especies de aves, antes en peligro de extinción, que se reproducen alegremente.
Ningún animal muestra signos de radiactividad: allí no hubo desastres, como en Chernobil, aunque sí numerosos incidentes similares a los que sufren centrales como la de Vandellós.
Ahora, la riqueza de la zona viene del turismo. Turismo nuclear que navega por el río para observar el Paraíso Terrenal que resurge tras las centrales nucleares.
Volvamos a Vandellós: la gente le ha perdido el miedo a los incidentes comunes que no sean graves contaminaciones atómicas, y que son tan pocas que la memoria colectiva sólo retiene el nombre de Chernobil
Un lugar cuyo terreno, si se descontaminara, simplemente como Hanford y no a la manera comunista exsoviética, seguramente sería otro Paraíso: Nuclear y Terrenal.
"Obreros especializados descontaminan las zonas en las que queda alguna radiación y van dejando el terreno limpio para que se desarrolle la vida salvaje." (sic)
A ver si fuese posible mandar a algún "obrero especializado" (y eso que será? técnicos quizá) a la fosa atlántica. Allí miles de barriles con residuos nucleares fueron arrojados en la época de la thacher. Y allí siguen durmiendo el sueño de la injusticia e insensatez nuclear
Vandellós puede que acabe como aquel episodio de los simpson en que aparecía un pez con tres ojos e intentaban venderlo como una ventaje evolutiva. Quien sabe, quizá dentro de unos años en las olimpiadas los paísanos con tres piernas y dos cabezas vuelvan con medallas
Publicado por: Nemigo | jueves, 28 agosto 2008 en 00:08