A ver si lo entendéis: en las guerras hay intereses ideológicos y económicos, y los pacifistas que íbamos a las manifestaciones del “No a la Guerra” de Irak teníamos como enemigos a Bush, Blair y, sobre todo, a Aznar.
Nos preguntan por qué no protestamos por la guerra de Rusia contra Georgia, aliada de EE.UU., o contra el genocidio permanente de Darfur.
Respondemos: nuestros enemigos siempre serán Bush.y, dentro de España, su amigo, el PP, que conserva la mentalidad de Aznar.
Ambos son imperialistas y colonialistas, quieren el petróleo y preferimos que lo posea cualquiera antes que ellos.
Rechazamos que los americanos lo obtengan en Darfur, donde los islamistas están cometiendo un genocidio para entregárselo a China.
Tampoco importaba que Sadam Hussein masacrara a su pueblo, que hubiera matado a dos millones de personas en 24 años o que tuviera o no armas de destrucción masiva que ya había usado contra los kurdos.
Es que cualquier cosa que hicieran EE.UU. y el PP teníamos que atacarla. Y aunque las tropas españolas en Irak sólo ayudaban a su reconstrucción, teníamos que hacer creer que combatían.
Nosotros defenderemos siempre a quienes rivalicen con EE.UU. Apoyamos a Irán, a sus futuras bombas atómicas aunque nos exterminen, y a sus ayatolás, aunque nos ahorquen como homosexuales.
Defendemos a Hamas y a Hizbolá, porque atacan al prooccidental Israel, y respaldamos a China en África y a Rusia en el Cáucaso porque los georgianos quieren adherirse a la OTAN.
Todo cambiará si Barack Obama preside EE.UU. Aunque haga igual política que Bush, Zapatero lo apoyará con soldados españoles en sus guerras.
Entonces, nosotros gritaremos “Guerra, de entrada, sí”, como con González en la primera guerra de Irak y Marta Sánchez enardeciendo a la marinería o Javier Solana bombardeando civiles yugoslavos, porque aquellas sí eran nuestras guerras
El pacifismo progresista es la sustancia conocida más moldeable del universo.
Publicado por: Argonaut | jueves, 14 agosto 2008 en 20:24