Jordi Sevilla, ministro de Administraciones Públicas entre 2004 y 2007 ha descubierto sorprendido que el castillo de Montjuïc, que acaba entregarle con gran pompa el Gobierno de Rodríguez Z al Ayuntamiento de Barcelona, era propiedad de la ciudad desde 1960.
El exministro cuenta en su blog que al descubrirlo sufrió “una especie de bucle temporal que alerta contra el adanismo, esa idea, especialmente absurda en política, de que el mundo empezó con nosotros”.
Cuenta que hace unos días leyó en los periódicos que “los barceloneses celebran la devolución del castillo de Montjuïc. Se trata de que, por fin, el Ministerio de Defensa ha procedido a la devolución a la ciudad de dicho castillo”.
Pero después, por pura casualidad, y leyendo las Memorias del ministro franquista López Rodó para un artículo sobre su Plan de estabilización, se encontró este párrafo:
“Por Ley de 21 de julio se cedió al Ayuntamiento de Barcelona el Castillo de Montjuic con sus fosos y glacis a fin de que fuera destinado a Museo del Ejército y al establecimiento de parques, jardines y miradores”.
“Ley de julio. . . ¡de1960!” exclama, asombrado. Siguió leyendo y cayó del caballo al descubrir también que entonces se había aprobado por Ley “una Carta Municipal de Barcelona ¡como la que yo hice hace apenas tres años!, y en 1964 un Estatuto de los Funcionarios, antecedente, sin duda, del que yo impulsé la pasada legislatura”.
Un exministro sincero. Si todavía fuera ministro callaría. Pero él y los adanistas de Z deberían recordar que el franquismo, aparte de ser una dictadura, tuvo gobiernos maestros en demagogia y manipulación de la opinión pública, que le entregaban al pueblo castillos de arena entre grandes ceremonias propagandísticas.
Ahora los donan nuevamente, pero en democracia y con mayor publicidad.
lástima que el pazo de meirás...
Publicado por: Nemigo | sábado, 05 julio 2008 en 01:41