Aunque el PSOE pretenda disimularlo, el giro nacionalista e insolidario con España adoptado por el Partido Socialista de Cataluña, PSC, en su Congreso del último fin de semana, establece formalmente una ideología no socialista, sino socialnacionalista.
Es una “contradictio in terminis”, porque socialismo y el nacionalismo deberían ser hostiles entre si. Unidos llevan irremisiblemente al nacionalsocialismo, que es un nacionalismo disfrazado de socialismo, no un socialismo que se hace pasar por nacionalismo.
Hace casi un siglo sintetizaba ya Julio Camba, que “los patriotas quieren clasificar los hombres por países y los socialista por oficios”. Magnífico retrato de dos teorías políticas opuestas, hostiles entre si en democracia.
Las casó Mussolini, importante militante y director de “Avanti”, publicación del Partido Socialista Italiano antes de crear el fascismo.
En su XI Congreso el PSC ha asumido que Cataluña, además de “una nación con un territorio, una lengua, una cultura y una historia propias”, debe tener “voz propia ante las instituciones y organismos europeos”.
A esta transformación catalana sólo le falta el militarismo, tercera pata del proyecto mussoliniano. Está cerca: el aliado gubernamental del PSC, la ERC de Carod y compañía, ha elaborado proyectos para crear un patriótico Ejército Catalán.
Pretendiendo romper el Estado y la Constitución ya teníamos a la rama más radical del nacionalismo peneuvista, dirigida por Ibarretxe.
Ahora, son los socialistas catalanes los que han adoptado, casi, el discurso del nacionalismo independentista, aunque lo disimulen llamándole federalista.
Un éxito del presidente Rodríguez Z negociando en Loyola con los “hombres de paz” del radicalismo vasco, y con sus promesas de Estatuto catalán a la medida de las exigencias del iluminado Maragall.
Los nacionalsocialismos triunfaron en medio de profundas crisis económicas, y ya veremos como acaba este Gobierno, que no sabe afrontar la que viene, con Solbes y Sebastián desafiándose: más cerca que Italia o Alemania, en Francia hay un neonazismo latente alimentado por antiguos comunistas y socialistas.
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PACTO POR LA JUSTICIA
Rodríguez Z y Mariano Rajoy sellaron hoy un pacto para controlar la justicia española, aunque no sería extraño que el primer ministro rompiera la palabra que le da al siempre crédulo Mariano Rajoy para tenerlo permanentemente engañado.
Francisco Rubiales cree que realmente han llegado a acuerdos que en ningún caso benefician a la democracia, y así lo expone en su Voto en Blanco, de lectura recomendada.
Hay que agradecer a los socialistas catalanes que hayan calificado a Cataluña como "nación con territorio". ¡Menos mal, a ver dónde narices íbamos a poner los pies los catalanes!
Publicado por: Carlos López | miércoles, 23 julio 2008 en 21:39