Desde su nacimiento la ministra Bibiana Aído y la todopoderosa Leire Pajín son hijasdalgo, femenino de hidalgo, herederas de notables militantes socialistas que perpetúan los genes del poder familiar.
Son el relevo generacional que tanto anuncia Rodríguez Z. No son gente común, de la base, que emerge desde cualquier lugar o circunstancia, sino herederas de los clanes dominantes, de la aristocracia del Partido.
Numerosos hidalgos, hijos de exdirigentes, ya se habían colocado como jefes. Al promocionar la igualdad le ha llegado el turno a las hijasdalgo.
Siguen las normas del marketing político impuesto por el actual PSOE, que rechaza la gente con aspecto cateto, rústico o cejijunto, tan histórico y tan español.
No presumen de bigote ni de vello en las axilas, ni son obesas, como las antiguas dirigentes. Están a dieta, especialmente Pajín, que cuando era gordita recordaba a la deliciosa Miss Piggy.
Quizás están vigiladas por anoréxicas como la ministra Salgado o por el ministro Bernat Soria, descubridor de las estructuras femeninas de cilindro, campana y diábolo.
Aunque de aquellas células madre que iban a curar la diabetes descubiertas por Soria, nunca más se supo. Y lo hicieron ministro. A un coreano que anunció similares éxitos lo echaron de la universidad de Seúl por falsedad.
Lo de ser hijadalgo va en el mensaje genético. Observemos el caso de la vicepresidenta De la Vega, hija de una altísima jerarquía franquista. Sirve a Z: lleva consigo el DNA del poder. Aunque para mandar podría transferirse a su contrario.
Hijasdalgo reviviendo la picaresca: una hija del presidente socialista del Senado, imputada por corrupción en Estepota, relevada por una hija del socialista Bono.
Un Bono con otra hija casada con un descendiente del Conde de Romanones, hijo de Raphael y Natalia Figueroa, y con otro hijo jinete de competición, hidalgo socialista entre duques y marqueses. Uniones de nueva y vieja aristocracia.
Este es un artículo de cotilleo solo para molestar a los socialistas porque nombra usted a personas dando datos íntimos que no tienen por qué ser públicos. Muy mal.
Publicado por: Cosme Hernando | miércoles, 30 julio 2008 en 08:48