Mientras en Cataluña la Seguridad Social (SS) reconstruía con microcirugía los clítoris de dos jóvenes africanas que habían sido sometidas al salvaje rito de la ablación en sus países, en otras regiones españolas morían enfermos de cáncer mal diagnosticados por falta de médicos y medios, o miles de dolientes llevaban años esperando intervenciones que les harían la vida llevadera.
Parece demagógico confrontar el caso de las jóvenes africanas operadas por la SS para gozar de una vida sexual plena con el de decenas de millares de contribuyentes españoles a los se atiende mal o no se cuida.
Así ocurre en la mayoría de las comunidades españolas cuyos habitantes tienen un nivel de renta inferior al de los catalanes.
Miles de mujeres esperan muchos meses, incluso años, exploraciones ginecológicas que les evitarían la muerte por cáncer, y centenares de miles de personas renquean sin cirugía ortopédica porque no hay presupuesto para atenderlas, aunque pagaron durante décadas la SS.
La sanidad catalana presenta como un gran éxito médico-filantrópico el caso de las chicas con nuevo clítoris, operadas con fondos públicos en el Instituto Dexeus.
Su cirujano, Pere Barri, aprendió la técnica en un hospital público parisino que también recompone hímenes de musulmanas que serán repudiadas si se casan sin ser vírgenes.
Mientras la sanidad de primera necesidad se degrada o arruina en muchos países europeos, incluida Francia, se operan hímenes y algunas mutilaciones genitales de las 130 millones de africanas que las han sufrido.
Ahora, la Generalidad catalana exige más fondos estatales para sus gastos, y Z se los dará. Restándoselos a otras comunidades con pobres enfermos pobres a los que los clítoris, hímenes y otros lujos humanitarios seguirán robándoles la atención a la que tienen derecho.
Advertirlo es de justicia, no demagogia.
Se puede decir más alto...
Gran post.
Publicado por: Dwight | lunes, 28 julio 2008 en 22:08