Es cierto que el gran idioma español seguirá usándose, aunque crecientemente mal, en Cataluña, Baleares, Galicia y el País Vasco. También que el gallego y el vasco –el caso del catalán es diferente-- podrían extinguirse por su fuerza decreciente.
La primera afirmación es lógica, dada la pujanza del castellano. En la segunda se basan quienes, políticos viviendo a costa de esas lenguas, las imponen coercitivamente.
El castellano fue el idioma privilegiado por Franco, pero también el del Siglo de Oro, la Ilustración y la modernización de España. Dominarlo facilitaba la movilidad y oxigenaba el opresivo ambiente local y regional: la plebe no debería conocerlo.
El romanticismo del XIX reanimó las otras lenguas españolas, pero los autores universalistas las abandonaron: hasta Rosalía dejó el gallego y tomó el castellano en sus últimos años de vida.
La prohibición franquista a lo que no fuera castellano en las escuelas pretendía sacar del aislamiento a los apegados al terruño, pero oprimía la libertad de esas personas. Perseguía a seres humanos, no a idiomas.
Igual que hacen ahora los nacionalismos regionales aliados a los nacional-zapateristas. En lugar de hacer divertidos, atractivos y amables los idiomas autonómicos están imponiéndolos como Franco el castellano.
Atropellan libertades fundamentales: las de quienes desean una formación equilibrada entre el idioma del Estado y el autonómico, y también las de quienes quieren, porque tienen derecho a ello, una educación sólo en castellano para dominar perfectamente la riqueza de una lengua que abre millones de fronteras.
Definitivamente estamos en un franquismo al revés. En Galicia, por ejemplo, los jóvenes abandonan masivamente el gallego obligatorio y se pasan al castellano, como denuncia sin autoinculparse la ultranacionalista Mesa pola Normalización Lingüística…, que exige un mayor ultranacionalismo para acelerar el asesinato del idioma poético de Alfonso X el Sabio.
Rosalia de castro publicó en 1863 su primer libro en gallego que fue uno de los primeros (hubo otro anterior) libros publicados en galego desde la edad media. Durante siglos el idioma galego NO tuvo representación escrita
A Rosalia la llamaban loca por escribir en galego (supongo que esto tú lo sabes) las imprentas que publicaban sus libros eran apedreadas. Ojo, que no se equivoque nadie: era en 1863
En pleno franquismo el poeta avilés de taramancos intentó publicar sus poemas. Los censores le dijeron que no podía publicar eso porque estaba escrito en una lengua muerta: el galego
A mesa pola normalización linguistica es una organización en defensa del idioma de rosalia que ha tenido que luchar muy duro para defender la legalidad por ejemplo cuando ganó en los tribunales el nombre de A Coruña
Publicado por: Nemigo | lunes, 07 julio 2008 en 04:13