Muchas personas que nos rodean, desconocidas, amigas o familiares le deben la vida aunque no lo sepan a Michael DeBakey, un estadounidense que acaba de fallecer en Houston, Texas, a los 99 años de edad.
Casi todo el mundo recuerda el nombre de Christian Barnard, el cirujano que hizo los primeros y espectaculares trasplantes de corazón, pero muy pocos tienen noticia de DeBakey, pese a que creó centenares de técnicas asombrosas para salvar vidas y que permitieron a Barnard desarrollar las suyas: fue el Edison, el padre de la actual cirugía cardiovascular.
Recordemos los bypass en las operaciones de corazón: son creación suya. Surgieron cuando se le ocurrió trasplantar venas de las piernas a los músculos cardíacos dañados.
Y si es cierto que un tercio de las personas mayores del mundo desarrollado padecen algún problema cardíaco, la mayoría vive por las técnicas quirúrgicas que creó y los medicamentos que obligó a desarrollar este hombre.
Él sólo operó a 60.000 personas, entre las que estaban reyes y presidentes de numerosos países, pero también gente pobre, que acudían a él porque era el creador de toda técnica que tenía que ver con el sistema cardíaco.
Hasta gran número de accidentados, víctimas de grandes tragedias y heridos de guerra le deben la vida: fue inventor de los hospitales móviles, como también de las máquinas de circulación extracorpórea.
Cuánto le debemos a este hombre, hijo de inmigrantes cristianos libaneses, y cuánto a su país, EE.UU., que le dio la oportunidad y los medios para que su trabajo haya dado vida en todo el mundo, y, además, sin cobrar derechos de autor, porque todo lo que sabía lo enseñaba a quien quisiera aprender: no creó ni quiso pertenecer a ninguna SGAE.
Quienes odian a EE.UU. olvidan con frecuencia que gracias a estadounidenses como DeBakey tienen una larga y fructífera vida.
Gracias, Doctor, en nombre de tantos millones de personas que, aunque no lo sepan, le deben a usted existir todavía.
"... odian EE.UU..." (sic)
Esto recuerda a los Monty Python en la vida de Bryan. Cuando decían estamos en cotra de Roma pero no de los avances que nos ha producido
Posiblemente todo lo que odiamos de USA sea su intervencionismo, la manipulación política y social, el odio a todo lo que no sea su forma de ver el mundo.. Todo eso dentro de USA no lo viven. La CIA no asesina gente en USA (posiblemente sí) sus políticos no ambicionan los mercados de otros países. Su tecnología hay que decirlo: es una patata. Claro que como tienen un mercado interno inmenso las empresas pueden ser lo suficientemente grandes para acaparar mercado fuera
Como dicen los feriantes: cada uno cuenta la feria como le va
Publicado por: Nemigo | jueves, 17 julio 2008 en 17:50