Analice usted a quienes se enfrentan públicamente a ETA con mayor coherencia y peligro para sus vidas y verá a muchas más mujeres vascas, que hombres.
Supermujeres vascas. Ancianas como Pilar Ruíz, madre del asesinado ertziana socialista Joseba Pagazaurtundua, jóvenes como Mari Mar Blanco, hermana de Miguel Ángel Blanco, concejal del PP, paseado y liquidado con crueldad infinita.
De mediana edad como la viuda de Gregorio Ordóñez, Ana Iribar, una personalidad interesante: ahora que el Parlamento vasco reconoce la figura de los asesinados por ETA, ella ha acusado en un solemne acto político al PNV, al Gobierno vasco y al lehendakari Ibarretxe de cobardía y miseria moral por haberse beneficiado del terrorismo.
Y qué decir de su cuñada Consuelo Ordóñez, hermana de Gregorio, asesinado delante de otra heroína, María San Gil.
Pilar Elías, viuda del hombre que salvó a un bebé de un camión que iba a atropellarlo, y que de adulto mató a su salvador y montó su negocio bajo la casa de la viuda.
Regina Otaola, alcaldesa de Lizarza, valiente como una María Pita, Manuela Malasaña, Agustina de Aragón, sin cañón y con una sola arma: una bandera española, símbolo de una Constitución que promete hacernos libres e iguales a todos.
Mujeres que luchan por conservar el recuerdo de los asesinados, socialistas, populares, sin filiación, simples peatones. Son muchas más: Edurne Uriarte, Itziar Lamarraín, Gotzone Mora, María José Usandizaga…
Mujeres que tienen que vivir protegidas por escoltas, muchas también sin escolta, todas en peligro permanente de muerte: son como un árbol frondoso que produce frutos heroicos.
Observemos ahora a la nueva diputada, Rosa Díez: si volviera un Tejero al Parlamento, prácticamente todos los hombres se tirarían al suelo, como en 1981, pero ella, y quizás alguna otra mujer vasca, quedaría en pie retando a los asaltantes.
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Amigo Manuel:
De acuerdo contigo en el valor de estas mujeres, tan silenciadas, entre otros, por el feminismo oficial de todos los partidos (será porque los muertos son ellos y no ellas, será porque no vivieron con unos maltratadores... por lo que son silenciadas). ¿Te supones la misma situación a la inversa como funcionarían los altavoces del feminismo mediático?
Es curioso que el feminismo haya tenido a bien silenciar a lo largo de toda nuestra democracia moderna, a las más de 1500 viudas de asesinados de eta, a sus otras tantas madres y hermanas... y muchas más que se han visto obligadas a exiliarse antes de quedarse viudas ellas y sus hijas huerfanas de padre. ¿Será porque para el feminismo, el maltrato infligido a una mujer por un hombre no es de interés si tal ideología previamente no lo ha definido a sus asesino como maltratador?Te supones en este caso como funcionarían los altavoces del feminismo mediático?
Estas mujeres y muchas otras, eran igual de valiosas antes de que les sucedieran dichas experiencias trágicas, y demuestran la capacidad humana para enfrentarse a la adversidad generada por los fascismos, en el presente caso de tipo nazionalista. Las mujeres valiosas siempre han respondido así a todos los fascismos: "silenciosas" en su buen hacer cotidiano, como preparándose para lo peor... "silenciadas" cuando las convierten en víctimas, pues son para los poíticos la imagen más cruda y cruel de lo que reprensentan las ideologías a las que sirven.
Siendo para todos nosotros, cuantitativamente hablando, tales mujeres un ejemplo de verdadera humanidad, aún son mucho mayor el número de mujeres víctimas silenciadas por el feminismo: dos millones de madres de padres separados viven en silencio la explotación de sus hijos y el rapto de sus nietos; cerca de un millón de segundas esposas viven en silencio el martirio y explotación de sus parejas por las primeras esposas; más de dos millones de hijos son huérfanos silenciados de padre... como consecuencia de ello, no dejan de aumentar los cuadros depresivos en padres e hijos separados... y silenciados los suicidos en base a dichas experiencias de rapto afectivo... por la fascista jurisprudencia feminista. Al respecto, no me queda más remedio que repetir de nuevo, que las mujeres valiosas siempre han respondido así a todos los fascismos: "silenciosas" en su buen hacer cotidiano, como preparándose para lo peor... "silenciadas" cuando las convierten en víctimas, pues son para los poíticos (y en este caso sobre todo para la mujeres políticas) la imagen más cruda y cruel de lo que reprensentan las ideologías a las que sirven.
Pero conviene recordar también a las víctimas masculinas (generadas por los hombres... pero también por las mujeres), pues... detrás de cada gran mujer siempre hubo un gran hombre... y no siempre detrás de cada gran hombre, para éste serlo, sus mujeres se vieron obligadas a dar la vida. Cuando de víctimas hablamos, Manuel, si con ellas queremos ser justos, no debemos olvidarnos de ninguna. En política, las víctimas sólo las cuentan aquellos que les sirven para alcanzar el poder.
Un cordial saludo
Pablo el herrero
Publicado por: Pablo el herrero | viernes, 11 abril 2008 en 00:07