El economista británico Tim Harford debió llevarse una gran sorpresa hace unos días cuando, presentando en Madrid su segundo libro, le comunicaron que Rodríguez Z lo invitaba a visitarlo en la Moncloa.
Harford, de 35 años, estrella de la BBC como divulgador de temas económicos y respetado analista en publicaciones como “The Economist”, se hizo famoso en el mundo entero en 2006 con su primer libro, “El economista camuflado” (Temas de hoy), con el que rompió numerosos tópicos sobre los orígenes de la pobreza y de la riqueza.
Para Z los culpables de la miseria mundial son los países ricos, que explotan a los africanos, por ejemplo. Para el famosísimo autor británico la culpable, por el contrario, es la corrupción incontrolable de la mayoría de las élites africanas.
Frente al buenismo emotivo y primario zapateril, Harford presentaba pruebas que ratifican sus teorías.
Comprobaciones fáciles de encontrar ahora mismo en Zimbabue, la antigua Rodesia, que desde 1980 sufre la opresión de Robert Mugabe, su antes heroico liberador.
Durante la colonia y la posterior independencia bajo racistas blancos Zimbabue era un país sin hambre y con mejor nivel de vida que sus vecinos.
Pero el héroe nacional, al que Occidente acogió con todas las simpatías como a tantos líderes africanos progresistas y antirracistas, resultó un inepto y un corrupto tirano.
Repartió las tierras de los racistas, pero a sus guerrilleros y a clanes que no sabían cultivarlas: sembraron pobreza y hambre, y tratan peor a los demás zimbabueños que los blancos más segregacionistas.
En su segundo libro, el que presentaba, “La lógica oculta de la vida” (misma editorial), Harford plantea como economista el coste-beneficio de vivir: Z habrá aprendido con él, por ejemplo, que a menor castigo al delincuente, especialmente juvenil, mayor criminalidad.
Hace tiempo que llegué a esa conclusión... y es tan sencillo como darse cuenta de que si una empresa extranjera va a un país, y lo 'saquea' es porque el gobierno de ese país lo permite...
La historia reciente está llena de casos en los que un país emergente acaba sucumbiendo por la corrupción de la clase dirigente, que prefiere trabajar en pro de su beneficio propio en lugar de por el beneficio de todo el país...
Publicado por: Manuel | jueves, 10 abril 2008 en 17:23