Si España estuviera gobernada ahora por el PP quienes viajan en AVE de Madrid a Barcelona o viceversa deberían rezar siendo creyentes o meditar sobre su extinción definitiva si fueran agnósticos o ateos.
Pero como gobierna el PSOE, la gente, fascinada por los 300 kilómetros/hora de velocidad, pasa sin inmutarse sobre las voraces dolinas que abundan en Aragón, capaces de engullir convoyes enteros.
Las dolinas son enormes socavones que se forman inesperadamente terrenos porosos y poco compactos. Las vías se desmoronan y, ¡zas!, la dolina se traga un AVE como Pantagruel un caramelillo.
Pues los viajeros están avisados: durante la segunda mitad de 2003 conocidos geólogos denunciaban insistentemente que el AVE, que ya estaba llegando a Lérida, pasaba sobre hambrientas dolinas aragonesas que no habían sido bien cimentadas.
Por entonces el ministro de Fomento era Francisco Álvarez Cascos, hombre con rostro de boxeador enfadado que tenía la osadía de reírse de los vaticinios de geólogos opositores, como Luis Arlegui Crespo, Carlos Liesa Carrera, Andrés Pocoví Juan, José Luis Simón Gómez y Asunción Soriano Jiménez, cuyos anuncios sobre terribles catástrofes aparecían alarmante, inevitable y constantemente en el diario El País.
El ministro afirmaba que se había reforzado la cimentación de las vías, y que aquellas acusaciones pertenecían a una campaña contra su partido: se acercaban las elecciones de marzo de 2004.
Las acusaciones continuaron hasta que ganó el PSOE. Y, de golpe, el poder taumatúrgico y espiritual de Rodríguez Z suprimió las dolinas: desaparecieron y nunca más volvió a hablarse de ellas.
Debemos reconocer el poder milagroso del actual presidente del Gobierno. Gracias a él y a la inconmensurable Magdalena Álvarez podemos viajar tranquilos sobre las exdolinas aragonesas: el espíritu de Z vela por nosotros. Mientras no vuelva el PP.
Recuerdo bien las dolinas y que toda la via se iba a hundir. Está bien recordar que gracias a Zeta ya no hay peligro.
Publicado por: Cachirulo | miércoles, 30 abril 2008 en 13:33