Muchos ecologistas parecen pertenecer a sectas mesiánicas empeñadas en salvar a la humanidad, a la que llegan a matar por pecar contra sus dogmas: como dioses, son terribles y justicieros.
En Madrid se da uno de estos casos de ira divina en la lucha de “Ecologistas en Acción” y otros colectivos, apoyados por el Gobierno de Z, contra el desdoblamiento de 80 kilómetros de la carretera M-501 que lleva desde la capital hasta la provincia de Ávila por paramos y montañas, antes peladas.
Le llaman “Carretera de los Pantanos” y también “Carretera de la Muerte”, porque anualmente se producen una docena de defunciones en las curvas de lo que fue un camino arriero que unía pueblos aislados.
La mayor parte de esa carretera es ahora un hermoso camino entre pinares y enormes lagos artificiales. Fruto de la actuación franquista con el agua, que construyó una veintena de embalses alrededor de Madrid. Son reservas de agua potable, y fuentes de energía hidroeléctrica, como la presa de San Juan.
A la vez que aparecían esos depósitos, se iban convirtiendo los desiertos en bosques: la intervención de Franco con los pantanos generó muchas risas, pero para numerosos expertos es lo salvable de su dictadura.
Todo el paisaje actual es, pues, fruto de una injerencia humana reciente. Como cualquier obra arquitectónica o lugar monumental. Levantar una catedral, o el Empire State Building exige destruir algo para lograr algo mejor.
Los llamados ecologistas, azuzados por la ministra Narbona, la extrema izquierda y grupos antisistema, pleitean legalmente y ocasionalmente destruyen máquinas que duplican la carretera para convertirla en una autovía que reduzca los muertos.
Pero esas víctimas no le preocupan al ecologismo homicida, empeñado en conservar todos los pinos plantados por Franco: ¡que gran homenaje al dictador!
Esos ecologistas, ¿no serán franquistas, en realidad?
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INDIGNACIÓN CONTRA ESTA CRÓNICA
Mi amigo y excompañero Robert Latona, un brillante periodista estadounidense, se ha indignado con esta crónica y me ha remitico la siguiente misiva electrónica:
Muy estimado compañero de filas,
Como lector asiduo tuyo que soy, admirador donde los haya de las calidades (integridad, sensatez y coherencia, para empezar…) que nunca llegaron a ser demasiado bien repartidas entre los periodistas de aquel otrora entorno común nuestro, pero sí solían caracterizar al grueso de los ya casi desaparecidos socialistas de aquel entonces, me veo en la obligación de poner el grito en el cielo ante tus sorprendentes y disparatados comentarios de fecha reciente, en los que cargas contra los ecologistas y demás perturbadores que se oponen al desdoblamiento de la carretera N-501 Madrid-Ávila, la llamada ruta de los pantanos, que pasa a escasos metros de mi casa.
¿De que fuente procede la más bien escasa información que te has bebido en tragos así de descomunales? Tal vez tras cerrar la etapa EFE, te has marchado a Babia (Bírria, más bien diría yo). Dime que no es así, Manolo. Pero te juro que es lo único que me occurre cuando viertes tu fina ironía sobre los que pretenden “conservar todos los pinos plantados por Franco: ¡qué gran homenaje al dictador!”
A estas alturas, y en este país precisamente, es alucinante tener que preguntarse cómo uno puede negarse a reconocer -- por su olor a dinero rancio recién sacado del colchón -- un desvergonzado ejemplo más del Pelotazo Que No Cesa, la única y verdadera fiesta nacional, operación urbanística urdida por promotores y funcionarios con nombres y apellidos haciéndose pasar por desinteresados y benévolos (más seguridad vial, pisos de protección oficial), para cargar con lo que queda de la Sierra de Madrid y enterrarla con alevosía debajo de, inter alia, chalets de malísima muerte, pisitos de ensueño con plazo de garaje y trastero, supermercados con parking y hamburgueserías con ketchup, para así rematar el comercio familiar, atragantar la inadecuada red viaria, y, dicho sea de paso, meter las preceptivas comisiones en los bolsillos de los sospechosos habituales.
¿Sabías que hasta tenen previsto construir hasta una pista de patinaje sobre hielo en este paraje de pinares de dudosa procedencia política? Incuestionable derecho humano del que están injustamente privados los desgraciados que viven a más de 20 km. de Villalba, nuestro hasta ahora municipio de máximo horror urbanístico.
Pues no, Manolo, que no. ¿Acaso no te habrás fijado de cómo todos las gasolineras construidas hace 5 u 8 años, se alejan 80 m de la calzada? Se sabía entonces y se sabe ahora que es sólo cuestion de tiempo y de alinaeaciones pólitico-astrales hasta ensanchar y desdoblar los tramos que separan Galapagar (por el N-501) de El Escorial y Guadarrama (por el M-600) de San Lorenzo, como paso previo a las colonias urbanísticas que en poco tiempo se consolidan en un forro infranqueable de hormigón y hortería, Un desecho nuclear pierde su radioactividad al cabo de unos cuantos millones de lustros y se vuelve inócuo, pero un despropósito arquetectonico/ atentado contra el medio ambiente que consigue entrar en el Registro de la Propiedad es para la eternidad.
Por estos llares, cada hijo de vecino sabe de quién son los terrenos que linden con el trazo de la carreterra N-501. Todos, sí señor, todos, quedan en manos de una sola familia (mejor dicho un pequeño entramado de familias emparentadas; todas de bien y algunas de renombre). A pesar de escudirse tras una tapadera de sociedades y adminstradores con el fin de marear perdices procedentes de la agricultura ecológica, consta que uno de sus integrantes es muy conocido en esta comarca (léase la Comunidad de Madrid). Sí señor, así son las cosas que pasan en esta España querida, esta España tuya, esta España vuestra. Aún así, merecen el más energético reprobrio mío, y el tuyo también, aunque suponga cerrar filas con los ecologistas salvaplanetas, que para algo tienen que servir.
Con un abrazo,
Robert Latona (antiguo combatiente del svc en inglés)
Franquistas no sé, pero integristas más que F. F. Y, sobre todo, enemigos de lo real.
Publicado por: Argonaut | martes, 08 abril 2008 en 21:07