Si es cierto, como afirma El País, que el Tribunal Constitucional aprobará la ley de Violencia de Género que condena más duramente a los hombres que a las mujeres por la misma agresión, deberá proclamarse que España ha superado la democracia tradicional para entrar en un nuevo Régimen, el de la corrección política, el sentimentalismo, la imagen y la moda.
Se demostrará que la Constitución es inconstitucional, puesto que su Capítulo II, dedicado a los “Derechos y Libertades”, se inicia con el Artículo 14: “Los españoles son iguales ante la Ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social”.
Parece que la igualdad de sexos ya no existe para el Constitucional. Seguramente porque la Constitución nació cuando España aspiraba a ser una democracia sin adjetivos, nada de orgánica, como la franquista, o popular, al estilo comunista.
Pero ahora España, gracias a Z, es la vanguardia mundial, espada de la santidad de cada época, como lo fue cuando era “martillo de herejes, luz de Trento”.
El visionario Zeta nos conduce por la pradera, entre sonrisas, personajes de Almodóvar, retozos adolescentes, hacia una nueva civilización de gentes megaguay.
Por eso la Constitución ha quedado vieja. Inconstitucional. El Tribunal Constitucional, que debía corregir los excesos de los poderes Ejecutivo y Legislativo, aliados en mayorías temporales por intereses localistas y corporativos, se ha unido a Z en el empeño de crear un mundo nuevo al servicio de la ideología Alicia –Bueno dixit--.
Si ya no todos somos iguales ante la ley, debemos quemar la Constitución en un auto de fe mientras adoramos las Obras Completas del Profeta Rodríguez Z y las hagiografías fashion que le dedican PRISA y Público.
Todo lo que dices es cierto: ahora hay que ver quien es el guapo que se anima a ponerle el cascabel al gato y llevar la ley al TC.
Me suena que nos van a colar el engendro, que ni nos daremos cuenta...
Publicado por: Retroferran | jueves, 17 abril 2008 en 20:20