Quien haya escuchado estos días los gritos racistas contra Lewis Hamilton y visto las imágenes de numerosos aficionados al automovilismo españoles en Montmeló, Barcelona, sentirá no sólo estupor, sino vergüenza: “¿Pero no decíamos que aquí sólo importaba la calidad humana, no el color o la nacionalidad?”
Pero esa gente cree autojustificarse: “Imitábamos a los monos e insultábamos al corredor británico y a su familia no por su raza, sino por jugar sucio para que Fernando Alonso perdiera el campeonato del mundo de automovilismo”.
Esta es la raíz del nazismo. Siempre hay un judío al que culpar de los males, propios y del mundo. Que pague las frustraciones de quienes se proyectan en alguien a quien consideran héroe y que fracasa ante quien desprecian.
El nazismo perdió la II Guerra Mundial y desde entonces las democracias son muy cuidadosas con la expresiones racistas más identificables.
De momento, esos aficionados han provocado un conflicto diplomático: el Gobierno británico ha anunciado que presentarán una queja oficial al español.
Además, la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) podría cancelar los anunciados grandes premios de Barcelona y Valencia.
Severo castigo, pero merecido porque en España viene creciendo libremente el racismo sin respuesta gubernamental. Además, contra quienes ni siquiera son delincuentes, motivo que llevaría a muchos a justificar su actitud creyendo que así taparían sus odios raciales.
Son los gritos imitando a los monos contra el futbolista Eto’o, es el seleccionador nacional de fútbol insultando a un futbolista negro sin que nadie lo destituya, son miles de aficionados españoles en un encuentro amistoso provocando a los jugadores británicos también negros.
Si se vieran: estos racistas son lo más repulsivo del país, moral y hasta físicamente sucios, y en sus movimientos y onomatopeyas parecen homínidos que no han alcanzado aún la inteligencia humana.
Y qué propones que el racismo sea un delito? en fin, con las consecuencias tan nefastas que eso tiene. Es peor el antiracismo que abunda entre los blancos (que no negros, moros y sudamericanos) que el propio racismo.
La cosa es que si hubiera sido Raikkonen y la gente hubiera ido con pelucas rubias y llamándole 'albino de mierda' no hubiera pasado nada, como de costumbre si se arremete contra el blanco no pasa nada.
Pero ojito con el negrito, que es negro, no le llamemos negro ni vomitemos insultos 'racistas' para tocar las narices que igual se enfada. Esa actitud antiracista que hay entre los blancos me parece más racista que llamarle negro de mierda. Cuidado, no le llames negro, que es racista. Da igual que sea negro, igual no lo sabe. Es como una palabra prohibida entre mucha gente porque en el fondo creen que realmente son seres inferiores y creen que no les gustaría que se lo recordarsen.
En Estados Unidos hay mil anécdotas sobre el tema, que allí está la cosa mucho peor (el antiracismo). No puedes hacer absolutamente ningún comentario racista, ni aunque no lo fuera, no puede salir de tu boca palabras como negro o esclavo porque te joderán vivo. En cambio los negros, muchos de ellos racistas, pueden decir lo que se les atonje, como Sakil O'Neil, o como se escriba, que dice que los blancos dan pena y ninguno le puede hacer un tapón, y eso de lo más flojito. Se les permite todo, como si los blancos tuvieran que pagar algo por lo que pasó hace siglos. Y ese antiracismo se ha trasladado a Europa que aquí no pinta nada.
Y No están culpando de los males del mundo a los negritos, ni mucho menos. Ha hecho trampas y se meten con él, como ha pasado siempre, y se aprovecha sus 'llamativos' o 'defectos' físicos para ello. Como a un pelirrojo que se le llama zanahorio y demás lindezas sin que nadie lo tache de racista.
NO AL ANTIRACISMO.
Publicado por: ad | miércoles, 06 febrero 2008 en 20:37