Quizás el PSOE esté midiendo mal sus fuerzas frente a la Iglesia católica después de que los obispos españoles organizaran una manifestación en Madrid en defensa de la familia tradicional con dos millones de asistentes, según los medios eclesiásticos, y de 160.000, según los filosocialistas.
No importa: en negocios del espíritu las cifras de una manifestación son irrelevantes. Importa que la mayoría de los españoles se definen como católicos, aunque no vayan a misa. Un ejército espiritual en la reserva que podría movilizarse si lo deseara Roma.
Lo que debe compararse es el mandato de cuatro años de un presidente del Gobierno, que como mucho pueden ampliarse a ocho o doce, y la historia de los 270 papas habidos hasta ahora.
Deben contarse también los 2.000 años de obispos de Roma, cuya continuidad en el tiempo equivale a 501 Rodríguez Z.
Hay que sumar también que los papas gobiernan espiritualmente a 1.100 millones de fieles, y Rodríguez Z a 44 millones de españoles, cuya mitad le son desafectos.
En el mundo de tradición católica nunca ha durado mucho tiempo un régimen enemigo de la cultura papal, que tienen una asombrosa capacidad de adaptación a los tiempos.
Hace más de dos siglos los revolucionarios franceses iban a destruir Roma, pero en 1801 Napoleón firmaba un Concordato con Pío VII, ante quien se coronaba emperador en 1804.
Hoy, en 2008, su sucesor amancebado y pecador posmoderno, Nicolas Sarkozy, expresa su fidelidad a Roma y afirma que Francia no sobreviviría sin la Iglesia católica.
Sarkozy es hábil y los papas siempre van detrás de los tiempos, pero son comprensivos con quienes aceptan su influencia: se adaptan a las nuevas costumbres humildemente expresadas, pero se estrella quien los reta y provoca ensoberbecido.
Si algo tienen de bueno las religiones (y no todas), es su capacidad para desenmascarar el intento de no pocas ideologías en convertirse en religiones. Es dificil hablar con uno de izquierdas que no se sienta por la ideología que profesa, sentado sobre la verdad más absoluta. Es por esta razón que para estos ideologos, las religiones, mientras existan, ellos no estarán seguros. Por eso sus guerras siempre terminan en un enfrentamiento contra la religión que está imbricada con la sociedad en la que gobiernan. ¡¡No se pueden permitir que haya dos pensamientos únicos!!
La estrategia siempre es la misma, primero intentan consquistar a los pobres (siempre son los más religiosos) prometiéndoles paraisos terrenales. Incluso les segmentan en sus males sociales creando para ellos lobbys que defiendan exclusivos derechos (gays, feministas, nazionalistas, etc.); pues como las religiones, las viejas identidades sociales han de ser deconstruidas... pues no puede haber nuevos dioses si no hay nuevos mitos.
En paralelo se alían con aquellas religiones (el Islam, por aquello que el enemigo de mi enemigo es mi amigo), que teniendo como objetivo de pensamiento único el mismo territorio (Europa,), intentan poner en un mismo nivel de relativismo ético todas las creencias, al socaire de que con ello defienden un real pluralismo.
Pero estos ideologós tatalitarios (como algunas religiones, sobre todo las más irracionalmente y fascistamente teocráticas) saben muy bien, que el mayor peligro de una ideología religiosizada, no es otra religión, sino la ciencia. Ciencia, concepto éste causa y consecuencia de la esencia de la individualidad y libertad humana. No se puede desarrollar ciencia alguna sin la previa creencia en las capacidades del individuo en libertad creadora. Por ello, estos ideologos totalitarios,hacen lo posible por ideologizar las ciencias allí donde previamente han alcanzado el gobierno del mundo académico (materialismo marxista, pseudoecologísmo, sexismo de genero, relativismo ético, etc).
Hay una diferencia entre el resto de las religiones y la religión judeocristiana, ésta última ha sido impreganada hasta el tuétano de los huesos del racinalismo grecoromano, de su creencia en el individuo y de su lucha en defensa de las sociedades libres y democráticas. Ninguna otra religión en el mundo ha tenido a lo largo de tres mil años tales influencias. Influencias de las que desgraciadamente, Zp, su gobierno y muchos de los que profesan su misma ideología, llevan muchas décadas definiéndolas como enemigos a exterminar.
Pablo el herrero
Publicado por: Pablo el herrero | domingo, 06 enero 2008 en 13:55