El acoso a los niños y niñas para que pierdan las características que mayoritariamente les da su biología tiene en Andalucía un nuevo y poderoso frente orientado a crear una sociedad hermafrodita apelando a la “igualdad de género”.
El Instituto Andaluz de la Mujer ha editado un manual para las escuelas públicas y privadas de su Comunidad titulado “Nuevas formas de jugar: guía para transformar los juegos tradicionales” en el que reprueba que los niños practiquen el fútbol mientras las niñas saltan a la comba. Propone mezclar los roles.
Advierte que para lograr la igualdad y la concordia de género debe evitarse que ellos compitan y exhiban su energía, y que ellas practiquen retozos menos fogosos.
Consecuencia: hay que reprimir la expresividad natural de unos y otras, y tienen que desaparecer los pavoneos que encubren ritos de conquista: pero no por un viejo puritanismo monjil, sino porque las diferencias o las muestras de posible virilidad expresan agresividad entre ellos y son escuela de maltratadores.
Se trata de eliminar la testosterona masculina y los estrógenos femeninos. Algo que sólo puede salir de militantes del odio a la diferencia genital y origen de la perdurabilidad del ser humano. Esto es Educación para la Ciudadanía Hermafrodita.
Por eso sus creadores hablan solamente de género y no de sexo: sienten malquerencia hacia las relaciones con roles diferentes. Esperan crear niños y niñas intercambiables en formas, carácter y relaciones. Para quienes no debe existir sexo identificable, sino género ambiguo. Hasta a los homosexuales se les impone en este esquema que sigan el tópico de mariquitas, ellos, y marimachos, ellas. ¿Serán así quienes crean estos programas que parecen elaborados para ampliar su parroquia potencial?
Tratar de unificar la identidad sexual es un experimento pornográfico de ingeniería social digno de pederastas, no de un sistema que protege la elección del papel sexual que cada persona desee ejercer.
Y debe denunciarse porque quieren fabricar en serie generaciones de hermafroditas en nombre de la paz, la igualdad y el buen rollito.
Perfecto en todos sus extremos.
Publicado por: Anna Castelló | sábado, 26 enero 2008 en 20:15