Lo políticamente correcto ha transformado a buena parte de la izquierda progresista en reaccionaria. Ejemplo: una denuncia socialista por “escandalosa vejación de la mujer” tras la asistencia de un centenar de jóvenes madrileños a una ceremonia en la que el rey de Suazilandia, Maswaki III, elegía a su esposa número 301.
Actualmente esa fiesta es un montaje folclórico. Pero 60 chicas y 40 chicos que colaboraban en países vecinos con varias organizaciones de ayuda se acercaron a verla. Habían sido premiados por institutos de la Comunidad con un viaje de cooperación a varias áreas africanas.
"La solidaridad que se le enseña a nuestros jóvenes es este tipo de ceremonia tribal, arcaica que supone la degradación de las mujeres", denunció el PSOE, que exige dimisiones en el Gobierno madrileño por ese “humillante, vergonzoso y escandaloso acto con nativas semidesnudas”.
Cualquier izquierdista debería asombrarse ante este puritanismo, remedo de la censura más cursi del franquismo. Pero esas expresiones tienen un origen: se intenta, realmente, que los jóvenes no deduzcan que hay sociedades más avanzadas que otras.
Antes, la izquierda progresista advertía que los sistemas primitivos debían corregirse con el progreso. Revolucionario, incluso.
Pero, secuestrado el progresismo por lo progre de lo políticamente correcto, ahora se asegura que todas las sociedades deben valorarse por igual.
Ese es el mensaje del relativismo cultural, del multiculturalismo. El espíritu igualitario de la Educación para la Ciudadanía: con lo que jefes tribales y brujos siguen oprimiendo e imponiéndole el integrismo a los suyos.
Pero, además, se evita que los occidentales valoren su evolución superior, lo que podría estimularlos a cooperar con más compromisos políticos y económicos, y no con las calderillas de solidaridad de la que viven tantos progres a través de oenegés.
Los progres postsocialistas han dejado de ser progresistas para volverse crecientemente reaccionarios, pero abducidos por el buen rollito no pueden darse cuenta.
Tienes toda la razón.
Publicado por: Seleucus | lunes, 24 septiembre 2007 en 20:56