El racionalismo rechaza la existencia de los poderes paranormales, pero llámele usted irracional a quien, con una elevada formación cultural o científica, afirma que existen personas que dañan casi todo lo que miran o tocan.
En Andalucía hay numerosos expertos en detectar gafes, y uno de ellos, el periodista y profesor Francisco Rubiales, volteriano autor de sesudos ensayos de ciencia política, informa de que numerosos racionalistas contrastados creen que Rodríguez Zapatero se ha vuelto cenizo.
No es sólo su presencia en la final del Eurobásket lo que pudo provocar la derrota española, dice en la página de votoenblanco.com, movimiento ciudadano del que es fundador.
Es que lo que ZP apoya se desmorona, añade: Ségolène Royal, Pascual Maragall, Miguel Sebastián, John Kerry, Gerhard Schröeder, Repsol y Gas Natural en Argelia, la OPA de esta última sobre ENDESA, Fernando Puras, Josu Jon Imaz, su negociación con ETA, o su cacareado nuevo plan de la vivienda, que se ha descubierto que era antiguo, y que algunas CC.AA., como la andaluza o incluso del PP, facilitan ayudas mejores.
Tal acumulación de desventuras debe tener una explicación racional. Es alarmante que él se haya vuelto tan irrelevante en el mundo que nadie importante lo tome en serio.
Enrique Méndez, que fue responsable de una importante división de la multinacional Nestlé, tenía un método para disponer del mejor personal. Clasificaba a los empleados por su inteligencia como listos o tontos, y por su voluntad, como trabajadores o vagos.
Le daba responsabilidades a los trabajadores y listos, y no confiaba en los vagos, tanto listos como tontos.
Pero rechazaba y se alejaba horrorizado de los tontos y trabajadores porque su torpe entusiasmo laboral destruía todo lo que tocaban: eran los cenizos que podían arruinar la empresa.
Muy bueno lo del Sr. Méndez, que es el retrato exacto del Presidente imbécil que tenemos, y que ha traído usted muy bien a este art´culo, como siempre.
Publicado por: Anna Castelló | sábado, 22 septiembre 2007 en 11:49