Un famoso especialista en el Oriente Medio, Victor Davis Hanson, ha escrito en la respetada revista estadounidense National Review que la vida del régimen teocrático iraní podría tambalearse con un soplo de mala fortuna.
Irán vive en una creciente miseria moral y física mientras dilapida su inmensa riqueza en gastos militares, invervenciones externas, grupos terroristas chiíes en Irak, Palestina, el Líbano, y en pagar su influencia política en numerosas áreas del mundo.
Son tantas las sangrías que afronta el país que si el precio del barril de petróleo bajara de los casi 80 dólares actuales a los 50 el régimen iría pronto a la bancarrota, afirma Davis Hanson.
Y si caen los ayatolás, cambiará el mundo, porque con ellos, precisamente, comenzó lo que muchos analistas llaman la III Guerra Mundial: el enfrentamiento de las fuerzas ilustradas por los valores occidentales con la opresión medieval del fanatismo islamista.
El combate se inició en 1979 en Irán con la llegada al poder del Ayatolá Jomeni tras la caida facilitada por Jinny Carter del Sha Mohammed Reza Palevi, que a pesar de su tiranía estaba modernizando aceleradamente el país.
Jomeni, un fanático de la minoría chiíta, quiso demostrar que podía liderar una revolución islámina mundial, en la que la mayoría sunnita, la secta secularmente rival, tendrían que seguirlo.
Quiso convertir a su país en un ejemplo para los musulmanes, pero también para los infieles, algo a lo que le ayudó indirectamente el medroso e ingenuo presidente Carter, que creía posible una alianza de civilizaciones interreligiosa, en la que él era más un cristiano de talante tierno, que el líder de EE.UU.
La influencia de Jomeni sobre el islamismo fue determinante, y si sus herederos caen, algo cambiará en el mundo musulmán.
Don Manuel, ojalá tenga razón este señor, Victor Davis Hanson. Nos libraríamos de gran parte del problema del siglo.
Publicado por: Anna Castelló | sábado, 21 julio 2007 en 12:26