Miguel Ángel Martínez, vicepresidente socialista en el Parlamento Europeo, ha denunciado la oposición católica a la asignatura de Educación para la Ciudadanía y advertido que el Gobierno podía retirarle las subvenciones a los colegios privados que la impugnen.
Recuerda Martínez que hay países en los que se enseña ciudadanía, aunque no aclara que es con programas que aceptan las sensibilidades y creencias más representativas, algo que no ha ocurrido en España.
Un país péndulo: si antes se imponían valores beatíficos y de tradicionalismo católico, ahora se enseñan otros contrarios, hijos de las teorías que para la vieja escuela religiosa son libertinas e inmorales, especialmente en cuanto a la conducta sexual.
Por el momento hay unas 7.000 familias que impugnan la asignatura, y el Gobierno podría cumplir la amenaza de dejar sin concierto a los colegios que las apoyen.
Pero esa medida llevaría posiblemente a la necesidad de crear el cheque escolar, por el que los padres recibirían el coste de la formación de sus hijos para pagar los centros donde desearan educarlos.
Porque la Constitución dice, artículo 27, que: “Los poderes públicos garantizan el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones”.
Ese artículo, consagrado a la enseñanza, no obliga a los padres a enviar a sus hijos a los colegios públicos, pero le impone al Estado la obligación de que los niños reciban enseñanza básica, “obligatoria y gratuita”, programada “con participación efectiva de todos los sectores afectados”.
Además, le reconoce “a las personas físicas y jurídicas la libertad de creación de centros docentes, dentro del respeto a los principios constitucionales”.
Para bien o mal, parece que el Gobierno puede perder la batalla catequizadora progresista frente al adoctrinamiento familiar.
El talante y el buen rollito se estan convirtiendo en normas de obligado cumplimiento. Aquí no se negocia con la autentica oposición, a ella se le impone el rodilo, el decreto-ley y, al parecer no se le informa. Sólo se trata de complacer a grupúsculos de los que van a necesitar ayuda para mantener la poltrona.
Aún recuerdo al presidente ZP deshaciendose en complacencias con la Sra. Barkos (entre otros) en el debate de la nación a pesar de las críticas y hasta los desprecios que le hacía la misma.
Cuesta, pero al final habra que hablar de sectarismo y cainismo en la política española.
Los dos partidos más importantes parecen niños de colegio tirándose los trastos a la cabeza y echándose la culpa mutuamente.
Al final y, aunque cueste, habrá que culpabilizar al PSOE por el sólo hecho de que está en el Gobierno y debería ser el que luchara por la paz y el buen rollito como anuncio ZP en su toma de posesión aunque, como hace ya tiempo, parece que se le ha olvidado aquello de buscar equipos de sabios independientes, poner cada cosa en sitio, actuar con talante, no ser juez y parte, ser imparcial y un largo etc.
Parece, esa es mi percepción, que ante la posibilidad de perder la poltrona "TODO VALE" y con esto no quiero esculpar al PP de la responsabilidad que le pueda tocar.
Publicado por: Un realista | miércoles, 11 julio 2007 en 00:28