Acabó una pesadilla para las familias de centenares de fallecidos en un hospital madrileño que durante dos años creyeron que les habían acelerado la muerte para deshacerse de ellos rápidamente, como si los médicos fueran unos asesinos.
Pero detrás quedaron un debate ético sobre la muerte dulce o con dolor, y la lucha política convertida en tétrica carroña.
Marzo de 2005. Una carta anónima denuncia que en el servicio de Urgencias del hospital Severo Ochoa de Leganés, municipio madrileño de 187.000 habitantes, se habían producido 400 eutanasias.
Inmediatamente, Rafael Simancas, líder de la oposición socialista a Esperanza Aguirre, la presidenta popular, la acusó de crear una sanidad que cometía “asesinatos en masa” para ahorrar dinero hospitalario.
Su postura duró solamente unas horas. Simancas no sabía que el jefe de Urgencias del centro y responsable de las supuestas eutanasias, Luís Montes, era izquierdista y médico personal de Felipe González.
Quien la tomó en serio fue el consejero de Sanidad de la Comunidad, Manuel Lamela, cercano a las tesis más conservadoras sobre la vida y la muerte, quien, tras destituir a Montes como jefe del departamento en el que se administraban sedaciones presentadas como eutanasias, lo llevó a los tribunales por múltiples homicidios.
Porque el anestesista Montes facilitaba con liberalidad medicamentos paliativos para evitarle dolores y acortarle la agonía a los moribundos. Una conducta que, legalmente, o según el código moral de cada uno, puede ser eutanasia o humanitarismo.
Esta semana un juez de Leganés ha calificado su conducta de “mala práctica médica”, pero archivó el caso: nos deja con el debate ético sobre si los moribundos debían acabar dulcemente o entre horribles dolores.
Olvidándose de Simancas, Montes acusa a Lamela de “haber conseguido que la gente muera ahora peor que antes”.
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MANIFIESTO POR EL DERECHO DE ISRAEL A EXISTIR
Concentración ante la embajada de Irán, día 27
Ahora empiezo a atar cabos. Me producía gran extrañeza que un médico criticado por Simancas y, expedientado y denunciado por Lamela, ahora que se ha archivado su causa, fuese tan ensalzado por la "izquierda progresista" del Periodico Digital "EL PLURAL" hasta el extremo que El Sr. Sopena anima a los lectores para que soliciten ser atendidos por el médico Sr. Montes y, la consiguiente crítica a la Comunidad de Madrid.
Ahora ato cabos y entiendo la reacción del "progresista" Sr. Sopena.
Me producía cirta desgana leer "El Plural" por su parcialidad, en general, pues todo escrito estaba dirigido a elevar a ZP y, rebajar a Rajoy, o lo que es lo mismo PSOE bueno y PP malo.
Una vez más y, no es mi costumbre, tengo que denunciar el comportamiento sectario (según mi criterio) de ese tal Sr. Sopena.
Criticaron al Sr. Montes hasta que supieron su ideología. Pues señores, para juzgar a cualquier profesional ha de evitarse hacerlo por su color político, costumbre, por otra parte, muy arraigada en la prensa española en general y en alguna en particular.
Publicado por: Un realista | martes, 26 junio 2007 en 01:01