Coincidamos en que en el País Vasco se vive bastante bien entre paisajes y pueblos hermosos, buenos servicios y excelente comida.
Una vida agradable si no se habla de política. Silencio. Zahiera usted a un líder nacionalista, democrático o violento, y posiblemente le agredirán.
Se vive bien en Euskadi, pero con miedo, más aún que con Franco. Aquí cualquiera es un espía, un denunciante ante los abertzales.
Bajo Franco Euskadi era rico en industria y creatividad –Deusto formaba empresarios--, con un sistema económico protegido por el régimen. El resto de España era un desierto barato, con excepción de Cataluña.
En tiempos de Franco fueron a buscarse la vida al País Vasco muchos millares de españoles de otras zonas. Trabajadores poco cualificados que aprendían lo que era producir fuera del mundo agrario del que llegaban.
Luego, la democratización trajo a toda España nuevas universidades. Facultades de económicas que comenzaron a hacerle competencia a la jesuítica Deusto, que no quería rivales. Con libertad política y educativa se formaron economistas e ingenieros por todas partes y la estructura económica española cambió.
Ahora la gente no emigra a Euskadi. Al contrario, se va de allí. Abandona la ruina moral bajo el bienestar. Doscientos cincuenta mil habitantes, más del diez por ciento de sus población, se exilió. Como de la Cuba fidelista. Asfixiada por el nacionalismo. Muchos ayuntamientos están dominados nuevamente por el terror silencioso.
Se sigue sin libertad, como con Franco. Decaen las ilusiones, los esfuerzos por ser libres. La opresión ahoga a los constitucionalistas. Se sobrevive, pero aceptando golpes y humillaciones como bueyes de tiro.
Euskadi está rezagándose. Hay zonas de España, antes pobres, que han sobrepasado su nivel de vida. Sin miedo.
Se percibe: sobre aquella tierra cruza una calamidad espiritual, una sombra negra.
Vivimos en un país donde la izquierda ha abrazado las causas de los nacionalistas excluyentes dejando de lado la importancia de la libertad. Quizás deberían recordar a Rosa de Luxemburgo cuando decía:
“La libertad no puede nunca ser otra cosa que libertad para pensar de otra manera”
Publicado por: loli | martes, 19 junio 2007 en 18:36