Dicen que se calienta el planeta con nuestra contaminación, por lo que ZP se ha declarado ecologista radical, defensor del Convenio de Kyoto y enemigo de las carreras de automóviles.
Pero como el PP iba a conseguir que se celebrara un Gran Premio de Fórmula 1 en Valencia, ha cambiado su criterio y apoya ahora que la ciudad se convierta en circuito urbano, como Montecarlo.
Y le da vivas al asturiano Fernando Alonso, campeón mundial de quemar toneladas de gasolina a toda velocidad, por lo que es el héroe actual de casi todos los niños españoles.
Dejó de serlo Beckham, de musculosa carrocería humana. Los niños quieren máquinas que consumen campos petrolíferos enteros.
(Apunte al margen: a pesar de todas las campañas igualitaristas de ZP, Alonso no es el héroe de las niñas, que siguen suspirando por ser princesitas. Inadmisible degradación de género. Habrá que disciplinarlas enérgicamente con Educación para la Ciudadanía).
En cuando ZP percibió que Alonso podría atraer votos para el PP, apoyó que se monten circuitos de carreras en Valencia y, si es menester, allá donde consiga parroquianos.
Ya no hay ideologías limpias e incontaminadas: por unas papeletas las izquierdas abandonan sus doctrinas y adoptan banderas de la derecha, aunque sean polucionantes y de reconocida querencia capitalista y consumista.
La izquierda presumía de tener otro carácter. Transmitía cierto idealismo. Y hasta los socialistas valencianos rechazaban por contaminante y caro el Gran Premio de Valencia que estaba organizando el PP con el productor de las carreras, el británico Bernie Ecclestone.
Pero ha venido ZP a arreglar los yerros de los puristas, conminándoles a cambiar ecologismo por consumismo, contaminación y calentamiento planetario.
Que bienvenidos sean porque en cuanto nos dan unos votos con Fórmula 1 nadie nos quita del acelerador.
Conoce usted a pocas niñas, Sr. Molares Do Val.
Por lo demás, de acuerdo.
Publicado por: Civis K | martes, 15 mayo 2007 en 00:52