Hasta haciéndose pasar por rojos algunos españoles como el ministro Moratinos exhalan el tufillo franquista de cómplices de Fidel Castro al no exigir visitar a los presos políticos del gigantesco Guantánamo que es Cuba, la cárcel de periodistas más grande del mundo, tras China.
Debe recordarse la relación Franco-Fidel: cuando murió el general, Castro decretó tres días de luto nacional porque admiraba al dictador español, como recordaba recientemente Francisco Rubiales (www.votoenblanco.com), por entonces corresponsal de Efe en La Habana.
El castrismo le ha dicho a Moratinos que no negocia con la UE sobre derechos humanos. Lógico: España es como si no estuviera en la Unión, ajena a su voluntad común. Vuelve a estar aislada. A pesar de que el ministro de Asuntos Exteriores de los 27, Javier Solana, es español y socialista. Claro que muy alejado de ZP.
Europa detestaba a los caudillos como el propio Franco, Castro, Trujillo, Pinochet y Stroessner. Sigue condenando a Castro y vigila a Chávez y Morales, bien queridos, sin embargo, por el actual Gobierno español.
Queda del franquismo aquí el olorcillo cateto de quienes no saben moverse por la Europa cosmopolita. Sin haber salido nunca de España, ZP prometió devolverla al corazón del continente: pues con él, quedó al margen de todo centro decisorio.
Como con el Caudillo, retorna el intervencionismo económico, el patriotismo de las empresas campeonas nacionales para proteger intereses partidistas, se impone una formación espiritual de la ciudadanía que es el envés de la franquista, e igualmente manipuladora.
ZP trata de tú a los ciudadanos, como los camaradas Elola Olaso y Girón de Velasco, falangistas que proclamaban prezapaterilmente “el talante franco de la España alegre y faldicorta”.
España sigue siendo diferente: franquismo rojo, único avance, el sexo sadomasoquista libre con fidelistas, vuelta a los tópicos retóricos, como el de la tradicional amistad hispano-árabe, convertida en una alianza de civilizaciones entre raperos latinos y burkas.
Vuelvo por aquí, y otra vez muy buen análisis sobre el tardofranquismo de los hijos de franquistas que nos gobiernan, que acabo de enterarme de que el padre de Zapatero colaboró con el régimen como asesor y abogado del ayuntamiento franquista de León, siendo hijo del capitán fusilado.
Publicado por: Anna Castelló | sábado, 07 abril 2007 en 12:09