Quizás recuerde usted a Phoolan Devi, famosa jefa de bandidos en la India que llegó a ser diputada tras pasar once años en prisión. Murió en el verano de 2001, asesinada por los vengadores de los 22 hombres que ella mató en su pueblo natal por haberla violado cuando era niña.
Una mujer de vida no menos fascinante y terrible fue Pepa la Loba, una aldeana gallega que a mediados del siglo XIX aterrorizó con su partida de salteadores a caciques, curas, feriantes y señores poderosos.
Las mujeres como La Loba, que rompen el tópico de la debilidad con su liderazgo y determinación, pero que a la vez muestran momentos de ternura, son figuras que fascinan, que enamoran.
Pepa la Loba, coetánea de Isabel II, era una mujer atractiva, inteligente, apasionada, amorosa, pero también implacable. De ella dio noticia Concepción Arenal
A los violadores, a quienes abusaban de los pobres, de los niños y sexualmente de las niñas, les quitaba la vida sin remordimiento, como cumpliendo un placentero deber. Su crueldad la mezclaba con generosidad y ecuanimidad con los suyos.
La recuperación del recuerdo de Pepa la Loba se debe al periodista y novelista Carlos G. Reigosa, autor de un libro sobre ella (Ediciones B) que califica como novela.
Pero no: es una biografía real. Se diría que definitiva porque responde a todas las preguntas que se hacen sobre esta figura de hace siglo y medio, cuyo recuerdo perduraba, pero que iba perdiéndose al paso de las generaciones. Rellena todos los huecos que iba ocupando la evanescente niebla.
El libro contiene aventuras, amor y venganzas y justicieros seres rebeldes, señas literarias que transforman así la biografía en una novela de la que no puede levantarse la vista hasta la letra final.
Me gustan mucho sus reseñas de libros cuando las escribe y tengo que admitir que he seguido sus recomendaciones, que no me han defraudado nunca. Tendré que comprar Pepa la Loba y ya comentaré lo que me pareció, aunque desde ya le pido que ponga de vez en cuando más comentarios sobre sus lecturas.
Publicado por: Arturo Solís | lunes, 16 abril 2007 en 10:23