Quizás España haya dejado de ser católica, como dijo Manuel Azaña, pero su conducta ante numerosos trances de la vida obedece más a la defensa de la fe que a la de la razón.
Pasión frente a reflexión: podría ser consecuencia de la antigua religiosidad ciega, aquella que mantuvo la Inquisición hasta bien entrado el siglo XIX.
Aunque afortunadamente esa emoción febril se manifiesta ahora sin sangre, con la excepción de los nacionalismos exaltados renacidos como terroristas, precisamente, al amparo de iglesias y de órdenes religiosas.
Quizás España esté volviéndose laica, pero ese afán misionero e inquisitorial continúa en muchas actividades, como el periodismo radiofónico, convertido ahora en telepredicación política.
Hay analistas que atribuyen a José María García haber creado esa escuela, mezcla de opinión y dogma religioso. Cuando empezó, su estilo era una excepción en un país que buscaba el equilibrio tras casi cuatro décadas de dictadura. Ahora es la regla: la mayoría de la prensa lo imita, pero también los políticos españoles, imponiendo su fe y emociones por delante del pensamiento sereno.
Convertida en religión la política, el fiel al partido siempre pisoteará al infiel, y los dirigentes convertirán apasionadamente sus intereses en verdad absoluta y calificarán de herejía la verdad de los demás.
Ayaan Iris Ali, intelectual y activista de los derechos humanos somalí-holandesa, explica en su autobiografía, “Mi vida, mi libertad” por qué los niños procedentes de países musulmanes refugiados en Holanda son muy violentos.
Para ellos, la pelea es una expresión de fidelidad frente al infiel –el otro--, de la verdad frente a la mentira. Guerrean para defender su verdad, que interpretan como mandato divino.
Intransigencia y tendencias violentas, que llevan a las guerras constantes entre las sectas, que eran comunes entre los cristianos hace varios siglos, y no tanto tiempo en Irlanda del Norte, se mantienen en el islam, y en España están recuperándose en periodismo y en política.
Le llaman fogosidad española, pero es religiosidad.
En el tu a tu con una mujer los españoles ya no son fogosos que se volvieron timidos y recatados y tenemos que levantarles el animo aunque entre hombres sera distinto porque esta de moda y empiezan a pacticar la homofilia desde muy jovencitos, como estamos observando las extranjeras latinas que antes los volviamos locos.
Publicado por: Xana | domingo, 08 abril 2007 en 12:34