Destruid a Conthe

Manuel Conthe está siendo asesinado moral y profesionalmente por denunciar ante el Parlamento la conducta de la Oficina Económica del presidente del Gobierno, una secta de influencias e intereses ajena al ministerio del vicepresidente Pedro Solbes y a los técnicos del Estado.
Zapatero sabe que la economía española, muy regulada por Bruselas, todavía concede algunos márgenes para favorecer a los amigos y sus intereses. Los que usó hábilmente Aznar para colocar a presidentes de su confianza en el BBVA, Telefónica o Endesa, entre otras empresas.
ZP quiso hacer igual despidiendo a los “chicos de Aznar” y sustituyéndolos por los suyos y, además, para pagarle a los independentismos “medio Estatut” concediéndole al catalanismo el control de grandes entes, como Endesa.
Para alcanzar ese objetivo usó esa oficina económica gestionada por su beautiful people, exdirectivos de influyentes mediadoras financieras, como InterMoney y exjefes del BBVA.
En paralelo, y ante la opinión pública nacional e internacional, se disimulaban las operaciones secretas de sus comisarios políticos, exhibiendo al vicepresidente Solbes, respetado en Europa como garante de que todo se hacía bien.
Los “chicos de Aznar”, entre tanto, se mostraban tan listos que repelían las ofensivas de los “chicos de ZP” que querían sustituirlos. Y los derrotaron: fue lo que hicieron los presidentes del BBVA, Francisco González, y de Endesa, Manuel Pizarro.
Además, los economistas estatales dependientes de Solbes, como Manuel Conthe, el presidente de la CNMV, agencia que vigila la Bolsa, se opusieron a las maniobras de la secta monclovita, a pesar de ser prosocialistas
Ahora, y desde el grupo multinegocios Prisa, que parecería que las denuncias de Conthe hubieran afectado a sus finanzas y/o a sus socios, se le condena periodísticamente a la muerte moral y profesional por traidor: intereses económicos adobados con manipulador poder informativo.

Comments

[Publicado por: Anna Castelló]

No entendía yo esta historia de Conthe y usted me ha iluminado sobre la desgracia de dirigentes que padecemos. Gracias por su artículo.