Vuelve la ONU con esto del calentamiento global, que está convirtiéndose en una campaña obsesiva para caldearle la cabeza al mundo rico, amedrentarlo, y obligarlo a comprar lo que le ordenen: se trata de un calentamiento mental.
Porque si hay tal peligro, habría que pedirle a la gente que deje de consumir energía: lavadora, lavaplatos, aspiradora, plancha, calefacción, agua caliente, cocina, horno, microondas, coche… Quien de vosotros no emita CO2 que tire del primer enchufe.
Y deseamos que 1.200 millones de chinos y 1.000 millones de indios adquieran todos los electrodomésticos posibles y que compren un coche por persona, porque esa señal de enriquecimiento indica que nos comprarán bienes.
Es posible que la temperatura de algunas partes del planeta suba unos grados, pero nadie ha demostrado que se deba a la acción humana y no a la actividad solar: Marte también está calentándose.
Cambios del clima ha habido siempre. El ser humano se adaptó. El alarmismo creciente invita a recordar las profecías del Club de Roma, que hace treinta años afirmaban que a principios del siglo XXI el hambre asolaría al mundo por falta de tierras cultivables y por exceso de población.
No previó la aparición de transgénicos, que pueden alimentar a muchas veces al planeta, aunque los ecologistas prefieran pueblos agonizantes por inanición a usar esas plantas.
Otra falsa alarma: cuando los consumidores de vacuno iban a morir como vacas locas. Y hablando de vacas: cada una contamina diariamente tanto que un coche durante cincuenta kilómetros.
Alarma, alarma: recordemos los ordenadores que arruinarían el planeta por el efecto 2000.
Alguien obtendrá enormes beneficios tras las campañas publicitarias de calentamiento mental: una para recuperar la energía nuclear, que es lo que predica subliminalmente Al Gore, y otra para que nos pasemos al bioetanol, bendecido ahora por Bush.
Don Manuel hoy discrepo, por el tema de los trangénicos, nos sabemos a largo plazo que efecto tendrán sobre las personas su consumo, esperemos que nada y puedan seguir adelante.
Publicado por: Miguel de Mallorca | lunes, 09 abril 2007 en 10:05