Como es una buena noticia casi no se ha divulgado que, según el Banco Mundial, la pobreza extrema en el mundo se redujo el 21 por ciento en los últimos catorce años (http://www.worldbank.org).
Ya no podemos repetir tópicos plañideros sobre “los pueblos cada vez más pobres y hambrientos” o “la creciente población explotada”. Adiós Karl, hola Groucho.
Todavía hay, es cierto, 2.600 millones de personas, casi la mitad del mundo en desarrollo –tercer mundo--, que viven con menos de dos dólares diarios a precios constantes, ingreso que es más del doble que hace diez años.
Los que peor se encuentran viven en África, cuyos problemas, que nacen básicamente del tribalismo, la corrupción interna, más que de la externa, son diferentes a los del resto del planeta. Sin embargo sobreviven allí el doble de niños al nacer de los que lo hacían hace veinte años, y llegan a los 15 años más del triple que entonces.
Es que la historia humana debe medirse en grandes ciclos. Hace 10.000 años el planeta tenía cuatro millones de habitantes. En nuestro Año Cero eran 170 millones. En 1825, mil millones. En 1975 había 3.900 millones y el Club de Roma decía que en 2000 el mundo moriría de hambre. Llegó el 2000 con 6.000 millones, ahora hay casi 7.000 millones y la supervivencia mejora.
Gracias a los insecticidas, la medicina y la genética: en el Asia del este el DDT hizo desaparecer el paludismo y el arroz transgénico ha librado del hambre a cientos de millones de indios, chinos e indochinos. ¿Puede gritarse DDT y transgénicos, no?
La liberalización comercial creciente permite además que esos asiáticos produzcan bienes y que sus hijos vivan mejor.
Globalización. Liberalización comercial. Progreso científico. Un mundo menos pobre. Bienvenida, sí, globalización.
Completamente de acuerdo....
Publicado por: Gaspar Payá | domingo, 29 abril 2007 en 20:23