La República Popular China acaba de reconocer la derrota del comunismo al renunciar a la propiedad comunal y aceptar la privada.
Así, el abanderado del capitalismo, EE.UU., ha ganado una de las últimas batallas de la guerra del liberalismo contra las ideologías totalitarias. Conflagración iniciada en 1914 con la I Guerra Mundial.
Una vez vencidas las dictaduras ideológicas del último siglo, despiertan las religiosas, tan obsoletas que están desconcertándonos.
Y esto ocurre cuando el país que abanderó la conquista de las libertades parece cansado tras tantas luchas, mientras Europa vive desorientada, carente de vitalidad y de voluntad defensiva: esa es la gran debilidad del liberalismo.
Cerca ya del 2014, la guerra de Irak quizás fue la última batalla de la Guerra de los Cien Años librada por el racionalismo liberal y capitalista contra el fascismo y el comunismo: Sadam Hussein era hijo de ambos.
Pero también puede ser ahora la primera gran batalla de la nueva guerra entre el liberalismo y el fanatismo religioso. Afganistán, de momento, es una batalla menor.
Guerras de cien años. Su antecedente más conocido es la que enfrentó a Inglaterra y Francia entre los siglos XIV y XV.
En ella hubo largas etapas de paz, como en nuestro último siglo, durante el cual el liberalismo perdía batallas -- la de Vietnam-- que no le impedían, finalmente, ganar la conflagración definitiva: el régimen comunista rindió su economía al liberalismo. Ya vendrá la democracia.
China es la última ficha del dominó que cayó. Corea del Norte y Cuba pronto se derrumbarán también.
¿Empieza una nueva guerra de cien años ahora? Ojalá que no. Sería la del liberalismo y el capitalismo triunfantes, pero fatigados, contra quienes crean esclavos, fanáticos de un espeluznante y vengativo dios.
Muy interesante y novedosa forma de ver la historia desde una óptica centenaria. Si es idea suya debería brindársela a los historiadores para que analizaran más a fondo este punto de vista que parece nacer del marxismo pero con resultados inversos a los que preveían Marx, Lenin y Mao, y también diferentes a los que creyeron los gurús del capitalismo.
Publicado por: Argemiro Souto | sábado, 24 marzo 2007 en 11:40