El New York Times como otros periódicos centroizquierdistas internacionales había acogido con curiosidad a Rodríguez Zapatero tras despreciar la bandera estadounidense y retirar los soldados españoles de Irak.
Le provocaba curiosidad también saber por qué imponía el nombre de matrimonio a los enlaces de homosexuales, y no otro que aceptaría la mayoría de los españoles, o creaba una ley tan feminista que encarcela a los hombres, aunque sean agredidos por las mujeres.
Pero el verano pasado las manifestaciones antiisraelíes convocadas por el PSOE concluyeron con demostraciones antisemitas, a las que se unieron las declaraciones de ZP poniendo como víctimas a quienes quieren volatilizar a Israel, como los terroristas de Hizbolá y Hamas o el actual régimen iraní.
Visto como antisemita, cayó en desgracia. Después, y cuando ZP le anunció a la ONU la entrega de 527 millones de euros, recibió silencio. El NYT ni siquiera dio la noticia. Como tampoco ningún medio informativo importante europeo o americano informó sobre su Alianza de Civilizaciones.
Ahora ya nadie reconoce el esfuerzo de España por mantener fuerzas de paz en distintos países, como herencia de presidentes anteriores. Menos aún ahora, tras negarse a enviar pocas tropas más a Afganistán a apoyar a la OTAN siguiendo órdenes de la ONU.
España pagará ese desplante. La Alianza es nuestra salvaguardia exterior, y el zapaterismo está traicionándola. Comienza a plantearse estos días, en Sevilla, abandonar sus principales instalaciones aquí.
España está de baja en el mundo. Hasta cuando analizan la política interior, los medios internacionales, antes amigos, menosprecian ya al impulsor del que consideran torpe “plan de paz” con ETA.
Bueno: nos estiman algunos tiranos latinos y teócratas, junto con expolíticos como Al Gore, que cobra millones dando conferencias y vendiéndole a ZP millares de copias de su película sobre cambio climático para hacer pronucleares a los niños.
No diga usted que cobro por acceder a reunirme con su presidente Zapatero, porque se enfada y después no muy compra miles de copias de mi película.
Publicado por: Otro Al Gore | domingo, 11 febrero 2007 en 17:50