Estos días, y alejándola de su imagen de madre dolorida por la muerte de su hijo en los atentados del 11M, los medios progubernamentales presentan a Pilar Manjón como una mujer irritada que pronuncia sentencias sacadas de telefilmes.
“¡Quiero que recuerden mi cara! ¡Voy a ser su peor pesadilla!”, advierte para explicar por qué desea que la vean en el juicio los presuntos terroristas. Más que sufrimiento, expresa una ira comprensible.
Pero sólo si se quiere desacreditar a ese icono de algunas víctimas del terrorismo del 11M se hace destacar esa frase por encima de sus declaraciones de sufrimiento.
Lo sorprendente es que se repita machaconamente en titulares, sumarios y en distintos espacios durante varios días seguidos, precisamente, en medios los progubernamentales. Más que en los opositores, que recogen frases menos amenazadoras.
Esa difusión desmesurada tiene algún fin. Como si hubiera una consigna: ¡Destruid a Manjón! Trata de denigrarla, de presentarla como una teatrera vengativa. Igual que se insiste en divulgar la noticia de que algunas víctimas de su asociación han insultado a una mujer marroquí, cuya hija murió en los atentados, por relacionarse con un sospechoso que fue puesto en libertad.
Puro mensaje subliminal que desmitifica a quien, al margen de cualquier otro error expresivo anterior, es portavoz de una parte importante de los afectados por el 11M.
Por eso hay que preguntarse el por qué de esta demolición, y si Pilar Manjón ha dejado de serle útil al poder.
Quizás sea porque si el sumario del juicio no está perfectamente atado y varios islamistas salen en libertad, sus protestas corresponderán a una resentida, públicamente quemada con sus expresiones intimidatorias.
O porque en aras del proceso de paz, la alianza de civilizaciones y el buenismo, a las víctimas del 11M, pero especialmente a las siempre reivindicativas de ETA, se les advierte que deben callarse para no sufrir ataques demoledores.
Parece que exigir justicia, como con De Juana Chaos, corresponde a gente rencorosa, vengativa y, por tanto, malvada
Usted escribe que miembros de la plataforma de la señora Manjón increparon a la señora marroquí, pero yo he visto por televisión que ella también la hacía. Pilar Manjón tuvo su momento de gloria en el Parlemento pero yo creo que era antes de los atentados ya era una mujer cargada de resentimiento y odio, y que su representación en la Comisión de Investigación parlamentaria fue lo que usted sugiere que va a ser la acusacion que recibirá, de teatrera, y hayt muchas madres de víctimas que no se expresan con ese resquemor ni culpan al Gobierno de ser culpable de los atentados.
Publicado por: Isabel Cortés | miércoles, 21 febrero 2007 en 09:51