Muchos ciudadanos sintieron el lunes decepción e ira al saber que el asesino en serie etarra José Ignacio de Juana Chaos obtendrá enseguida la libertad y que seguirá dándose sus habituales banquetes con los que festeja las 25 vidas que exterminó.
Los 2.800 años de cárcel a los que fue condenado se quedaron en 18 gracias al código penal franquista. En sus dos últimas décadas Franco se permitió, pese a algunas excepciones, ser generoso con los criminales. Con él vivo, ETA había matado aún muy poco.
Ya en democracia tardaron muchos años en reformar el Código Penal para no ser más duros que el dictador. Eso es lo que arrastramos con este asesino, descendiente de falangistas y franquistas.
Cuando iba a quedar libre, y para que se recordara que estaba en activo, De Juana envió escritos al diario proetarra Gara en los que amenazaba a jueces y funcionarios de prisiones.
Amenazas por las que la fiscalía le pidió, de acuerdo con un nuevo Código Penal, 96 años de prisión, que redujo luego a 6, auque la Audiencia Nacional lo condenó finalmente a 12.
Viendo que su encierro se alargaría por un crimen proporcionalmente liviano, el asesino que festejaba sus muertos y los de ETA con grandes risas y comilonas, se puso en huelga de hambre y se hizo fotos para parecer un judío en Auschwitz .
La ley es la ley, y este lunes el Supremo, siguiendo interpretación legal más favorable, redujo la pena a tres. Lo que presumiblemente aprovechará el Gobierno para facilitarle lo antes posible la libertad a través de Instituciones Penitenciarias. Y ello aunque él siga en huelga de hambre sin peligro alguno porque con una sonda endogástrica pueden alimentarlo, y hasta cebarlo, si lo desean
Muchos ciudadanos ecuánimes, nada vengativos, sienten decepción e ira. Y ZP, que dice que este monstruo desea la paz, incluso sin arrepentirse, seguramente lo pagará electoralmente.
Acabo de descubrir esto blog y debo decir que me gusta mucho y qye sere un lector asiduo.
Publicado por: Eduardo Rico | jueves, 15 febrero 2007 en 20:47