Podría ser una de esas películas de desastres: “Este cine es una ruina”. Trataría sobre el cine español sostenido por el Estado pero empeñado en desmantelarse a si mismo por insultar al público del que debería vivir.
Cierto que hay buenas películas, a las que se les nota el toque de directores como Cuerda, Almodóvar, Amenábar, Díaz Yanes y pocos más. Pongamos que cada año se producen media docena de filmes aceptables.
Pero se rueda más de un centenar que casi nadie quiere ver, aunque ocasionalmente aparezca alguna joya que pasa desapercibida.
Primer insulto: la mayoría de las películas desprecian al público. Sus diálogos contienen un vocabulario similar al de un simio. El resto, blasfemias. La acción: sexo, últimamente el gay es el más guay.
Esa es una de las razones por las que el cine español pierde espectadores todos los años. En 2006 atrajo solamente a 18,6 millones, casi dos millones menos que en 2005. A pesar de los fenómenos de Alatriste y Volver.
También el cine estadounidense presenta películas malas. Pero difícilmente tan indignas. Al menos, son espectaculares, por lo que el año pasado alcanzó 86,3 millones de espectadores españoles.
Que el Gobierno se empeñe en sustentar esta actividad hablando del interés nacional mientras cierra otras industrias estratégicas es una coartada para tener a su servicio al llamado mundo de la cultura y del arte, una cuadra de caras conocidas disponibles para hacer activismo a su favor.
El segundo insulto es que esas estrellas, además, en su afán de parecer de la izquierda radical, que en realidad es neonazi, homenajean con flores a las abogadas de ETA-Batasuna, mientras manifiestan odio visceral hacia la oposición democrática.
Y así, millones de ciudadanos increpados como fascistas sin serlo se niegan a ver este cine cuyos protagonistas arruinan su negocio injuriando a la clientela.
En Hollywood parte de la gente del business reniega de Bush y parte lo apoya: así, los espectadores demócratas o republicanos no tienen a quien boicotear.
---------------------------------
EL FORO ERMUA DENUNCIA LAS AMENAZAS A LA PORTAVOZ
DE SUS JUVENTUDES EN VIZCAYA Y
EL ENVALENTONAMIENTO DE LOS TERRORISTAS
Bilbao, 7 de febrero de 2007. El Foro Ermua denuncia las amenazas terroristas sufridas por la portavoz de sus Juventudes en Vizcaya, Nerea Alzola, quien ha visto cómo en las inmediaciones de su domicilio aparecían pintadas con dianas con su nombre en el centro, tras la manifestación del 3-F en Madrid.
Estas amenazas son un ejemplo más de cómo ha degenerado la situación en la lucha antiterrorista desde que se abandonó la política de firmeza y unidad contra ETA y su entorno. En el año 2004 se podía percibir cómo todos los frentes del terrorismo estaban a la defensiva, acobardados y en retirada. A medida que se han abandonado las políticas que nos habían conducido hasta dicha situación, hemos podido comprobar cómo ETA y su entorno recuperaban la confianza y se aprovechaban de la debilidad del Estado para llevar la coacción y la violencia de nuevo a las calles.
Frente a esta situación, la existencia de una juventud que no sólo se ha desmarcado de la pedagogía del terror y del odio, sino que, asumiendo en su raíz más profunda los valores democráticos, planta cara a ETA y a todas sus organizaciones de la Izquierda Abertzale, supone la auténtica esperanza de nuestra tierra. Mientras los jóvenes terroristas de Jarrai/Haika/Segi encarnan lo peor de Euskadi (el asesinato, la coacción, el borreguismo, la perversión moral derivada del adoctrinamiento y el totalitarismo), los jóvenes del Foro Ermua y todos los que no claudican ante el terror encarnan el futuro deseable para el País Vasco y para el resto de España. Un futuro donde el diálogo sea sólo entre demócratas y donde los terroristas sean tratados con la máxima firmeza. Un futuro donde se tenga claro que quien siembra odio es quien asesina o coacciona, así como quien se niega a aplicar la Ley.
Recientemente el propio Lehendakari, mientras dialogaba amablemente con una organización terrorista como Batasuna, ponía en la diana al Foro Ermua al acusarnos de sembrar odio y crispación. Considera así que la crispación no la crean quienes tienen novecientos muertos, miles de lisiados, decenas de amenazados y decenas o cientos de miles de desterrados a sus espaldas, sino quienes desde la más estricta legalidad nos negamos a claudicar y ceder al terrorismo en ninguno de sus diferentes frentes. Los resultados de las palabras del Lehendakari, en forma de amenaza sobre Nerea Alzola, no se han hecho esperar.
No habrá rectificación porque el Sr. Ibarretxe, en su demencia, sigue convencido de que es Nerea Alzola quien siembra el odio y crispa y no los que la amenazan de muerte. Considera que no claudicar frente al terrorismo y reivindicar nuestra condición de vascos y de españoles es provocar e impedir el acuerdo social necesario para la construcción de una mitológica patria vasca de fundamentación etnolingüística. Nosotros, por el contrario, afirmamos que quien siembra el odio y la crispación es quien rompe todas las normas para la convivencia democrática, quien practica el terrorismo o pretende sacar alguna ventaja de él, quien lo ampara, legitima, justifica o mira para otro lado, quien manipula la educación o quien prefiere hablar con terroristas a hablar con asociaciones cívicas que jamás hemos utilizado la violencia.
Los titiriteros deberían vivir de las taquillas. Hay multitud de empresas que podrán denominarse de interés cultural que se van al agua y nadie las escucha. Bueno sí, Hacienda sí las escucha y se dirige a ellas y a sus directivos para recordales que tienen deudas pendientes.
Por el contrario el CINE se beneficia de cuantiosas suvenciones porque, según la Ministra de Cultura, son necesarias para configurar nuestra historia y mantenerla viva.
Pues, mire Ud., los TITIRITEROS, son listos, sirven a la mano que les dá de comer (el PRISOE) y viven como MARAJÁS que no como jornaleros por hacer una labor nula e improduztiva.
Así nos vá entre Titiriteros, Políticos y gente de mal vivir nos gastamos el presupuesto y para el ciudadano de a pie le quedan los HUESOS por que la carne la comieron antes de salir a la mesa.
¡Ah! titiriteros pasaros por Algeciras que, creo que, os esperan los de "nunca má". Gastaros algo en pancartas y protestas ecologistas como lo hicísteis en Galicia.
Publicado por: Un realista | miércoles, 07 febrero 2007 en 00:29