Los salones de moda de Milán y Nueva York se proponen imitar a la Pasarela Cibeles y rechazar a modelos anoréxicas para que no se les mueran de repente, como ocurrió en los últimos meses con la brasileña Ana Carolina Reston y la uruguaya Luisel Ramos.
Por fin, como en el siglo XVII, una moda española será copiada por el mundo entero: sus modelos rellenitas puede que hayan acabado con la delgadez extrema impuesta por la inglesa Mary Quant en los años 1960.
Cambio de paradigma. Como el de los viejos imperios. En estos tiempos en los que la lógica exige valentía, la de esta nueva movida madrileña ha sido proponer un tipo de mujer con aspecto saludable y no de enferma terminal: asombroso.
Stefano Gabbana, Armani y otros grandes afirmaban hasta ahora que sus modelos escuálidas estaban sanísimas y comían más que ellos mismos. Una falsedad que atestigua ahora la Camera Nazionale, responsable de la moda italiana, al anunciar que copiará a Madrid.
Otro Cámara comercial, la de Diseñadores de EE.UU., observó que el fallecimiento de Reston había eclipsado la última semana de la moda de Londres, lo que le hizo temer que ocurriera igual en Nueva York.
La tendencia hacia modelos rellenitas comenzó en septiembre, cuando la Pasarela Cibeles rechazó a las que carecían de la proporción de grasa corporal correspondiente a su estatura.
Parecía que las redondeces, tan españolas, iban a fracasar. Pero han triunfado. Lógico: Cibeles, diosa de la madre tierra, es una señorona que domina a sus leones de tiro.
Las futuras modelos serán rotundas. De muslos, no de huesos de pollo de la casita de chocolate: podrán comérsela entera. Como algunos cocidos, fabadas, lacón con grelos o esas hamburguesas pantagruélicas tan detestadas por nuestras ministras anoréxicas.
Desafortunado el comentario, Don Manuel: tildar de rellenitas a las modelos que sencillamente, no estén a punto de morirse de hambre, es bastante inoportuno.
Jamás habrá modelos "rellenitas". Tendremos a mujeres que midiendo un metro ochenta, pesarán cincuenta kilos en vez de cuarenta y cinco. Hablar de rellenitas y redondeces está fuera de lugar.
Publicado por: Anandryne | lunes, 25 diciembre 2006 en 04:30