Querido Jeff Bush, gobernador de Florida: al paralizar nuevas ejecuciones con inyección letal en su Estado manifiesta usted cierta sensibilidad tras la horrible agonía que sufrió durante 34 minutos el reo puertorriqueño Ángel Nieves Díaz.
Se ve que usted dejó de confiar en la tecnología estadounidense aplicada a las penas de muerte por su abundancia de fallos técnicos.
Así, hay electrocutados que funden las luces de una ciudad antes de quedar achicharrados, pócimas que matan más por fetidez que por envenenamiento, e inyecciones letales de jengibre, como la del puertorriqueño.
Aunque pronto se las arreglarán ustedes para subsanar esas averías y seguirán ejecutando delincuentes, desde España podemos recomendarles un método eficaz y barato: el garrote vil, la gran aportación técnica española a las artes de matar.
Es un collar de hierro con un tornillo de gran paso que, al apretarse, asfixia al reo, le rompe el cuello y lo deja sin vida instantáneamente.
Por una vez la tecnología de vanguardia estadounidense va detrás de una española de principios del siglo XIX. Aunque desde 1978 la pena definitiva quedó prohibida por la Constitución.
Pero, dicho esto, muchos españoles contemporáneos pueden asegurarle que la pena de muerte es una venganza contraproducente, no un castigo justo.
Y eso es malo, no sólo porque extermina una vida. Es que cuando se den cuenta ustedes de que las ejecuciones son inhumanas, les ocurrirá como en España: su complejo de culpa les llevará a crear leyes suaves que liberarán inmerecidamente a los peores delincuentes. Convertirán al asesino, especialmente al terrorista, en víctima de la sociedad, y le impondrán castigos mínimos.
En España, hasta se ha eliminado la cadena perpetua. Y el peor delincuente, el asesino en serie, recibe grandes prerrogativas, favores injustificables: porque nuestro complejo de culpabilidad pretende aún enmendar las lastimosas ejecuciones del pasado.
Creo que ya tratamos este asunto en otro post, pero me sigo reafirmando:
La pena de muerte es una salvajada y nos pone al mismo nivel que los culpables, pero de ahí a que un asesino reconocido no se le condene a cadena perpetua ni se les obligue a trabajso forzados hay un abismo.
Cadena perpetua y trabajos forzados sí, pena de muerte bajo ningún concepto.
Publicado por: Frank | 19/12/06 a las 15:49
Publicado por: | martes, 19 diciembre 2006 en 17:51