Tras alguna suspensión temporal de sus asesinatos, y cuando amenaza con volver a la violencia, como ahora, ETA multiplica siempre sus chantajes a empresarios y profesionales exigiéndoles más dinero que antes de cualquier “alto el fuego”.
Es que terrorismo y dinero son matrimonio inseparable. El terrorismo necesita fondos para ejercerse, y muchos terroristas lo ejercen para obtener fondos.
Una experta en terrorismo mundialmente famosa, la economista, periodista y profesora universitaria en Londres, Loretta Napoleoni, afirma que detrás de todos los terrorismos hay indefectiblemente intereses económicos.
Autora de libros como “Insurgent Irak” y ”Terror Incorporated”, ha creado un decálogo (www.lorettanapoleoni.com) en el que demuestra lo que indica la primera de sus leyes: “El terrorismo siempre ha sido un negocio”.
Describe numerosos casos de esta relación, aunque no ha analizado aún el de ETA. Recuerda, por ejemplo, que el IRA tiene el monopolio del transporte privado en Belfast, la OLP el del tráfico de hachís del valle de Bekaa, describe cómo actúa el narcoterrorismo, y descubre la desconocida relación de Bin Laden con el casi monopolio de la goma arábiga, imprescindible para elaborar numerosos productos, incluyendo caramelos o la tinta de los periódicos de todo el mundo.
El petróleo y otras materias primas de intercambia comercial mundial son también fuente de ingresos y motivo económico para los terroristas, que disponen de más fondos que lo que representa el PIB del Reino Unido, y cuya su tasa actual de crecimiento monetario es superior a la de EE.UU.
Teniendo en cuenta las leyes de Loretta Napoleoni, quizás en el final negociado de ETA haya un precio relacionado con el bienestar de los terroristas en paro y de sus familias: hasta podrían exigir también que alimentemos a sus 180.000 votantes y simpatizantes.
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