Un número creciente de socialistas se queja de que Rodríguez Zapatero insista en negociar con una ETA envalentonada por las nuevas camadas de agresivos batasunos que lo desafían con insultos y humillaciones.
Es dificilísimo que ZP consiga que ETA desaparezca, aunque si la banda se mantiene en estado latente, "quizás no nos dañe demasiado", creen esos militantes.
“Pero por mucho que culpemos al PP del fracaso, como haya sangre, se nos tambalea el PSOE, desacreditado también por el descontrol autonómico provocado por el Estatuto de Cataluña”, dicen los más aventurados.
Para ellos el balance del Gobierno es vulgar y triste: la política económica es derechista, y la social no se distingue mucho de la del PP; con los homosexuales coinciden en todo menos en llamar a su enlace matrimonio, en el del machismo discrepan sólo en que los populares no culpaban automáticamente al hombre de todas las agresiones.
Buena parte de las ayudas que propugna la Ley de Dependencia ya las concede el PP en Madrid, y la corrupción es igual bajo administraciones izquierdista, derechista o nacionalista.
La estrella de su mandato, la ley de Memoria Histórica, hace pasar por vencidos a los descendientes de ambos bandos de la guerra: pero el mismo ZP, por parte de madre, desciende de vencedores.
En política internacional España ya no cuenta ni en Europa, pero ni siquiera en Latinoamérica. Sólo la retirada de Irak, cuyo impacto se agotó, todavía tiene cierto valor simbólico.
Sus iniciativas son contraproducentes: la Alianza de Civilizaciones es una Alianza de Religiones, incompatible con la Ilustración, y sus intentos de lograr protagonismo en el Oriente cercano reciben rechazo israelí, estadounidense y de media Europa.
Sólo queda ETA, resumen numerosos socialistas: si el final es infeliz, Rodríguez Zapatero y el mismo PSOE quedarán estigmatizados.
ZP, está bastante claro que no es un estadista.
Se cree con ideas geniales. No aporta nada y , por el contrario, desestabiliza.
Por otra parte se ha rodeado de gente, en general, con poca credibilidad y desprecia y aisla a los críticos de su partido.
Basa su política en conseguir la paz en Euzcadi en donde, de manera desleal, al parecer, mantuvo contactos con el entorno de ETA estando en la oposición.
Al parecer esos chicos de ETA que, nada tienen que perder, porque el PP logró aislarlos, lo escucharón y en una partida de trileros, nunca se sabe el ganador pero resulta, relativamente fácil saber quien es el pagador porque, como he dicho, uno de los dos no tiene nada que perder y menos pensar que va a pagar pagar.
Publicado por: Un realista | lunes, 18 diciembre 2006 en 00:58