-- Mariano, buenos días. Tenemos que hablar, debemos hablar, vamos a platicar, porque las cosas están mal, deficientes, pésimas.
-- Estoy de acuerdo, José Luís. La situación es tan grave que como no la corrijamos el pueblo tomará la Bastilla y llevará al poder al Partido de los Ciudadanos.
-- Por fin, finalmente, coincidimos, estamos de acuerdo, Mariano. Conjuntados, unidos. Es importante, trascendental, para el país, este país y sus naciones, y para los planes de futuro, futuros próximos y lejanos.
-- José Luís, no se si hablamos del mismo problema: ¿te refieres a tus insensatas negociaciones con ETA, a las pateras y cayucos, o a la corrupción urbanística en la que están metidos hasta las orejas nuestro partidos, IU y los nacionalistas?
-- Mariano: dejemos lo de ETA para otro día. Es que están metiendo en prisión a nuestros cuadros. A los tuyos y a los míos, míos. Cienpozuelos, Canarias, Baleares, Valencia, Andalucía, y saldrán mucho más. Nuestros partidos viven de recalificar terrenos, y ahora los jueces encierran a nuestros testaferros en penitenciarías.
-- La culpa es vuestra, de los socialistas. Sois torpes. No sabéis derecho fiscal porque os quedasteis en bachilleres. Os cazan en todas. Y por vuestra culpa nos descubren también a nosotros y a los demás partidos. Con Aznar, que es inspector de Hacienda, no caía nadie del PP, ¿recuerdas? Hicimos bien nuestros deberes durante los ocho años que gobernamos. Y los nacionalistas también, que son superpícaros: llevan décadas robando, y tan tranquilos.
-- Tenemos que pactar, Mariano. Aconséjame tú, que eres Registrador de la Propiedad. Tenemos que arreglar juntos el problema más grande de España, hombre, compañero.
-- Vale. Te ayudaré. Pero ahora, al salir, declararemos que hemos tratado temas de terrorismo y que aún discrepamos.
---------------------------------
FELICIDADES.
Soy poco amante de las fórmulas a fecha fija, de las felicitaciones por obligación, aunque también admiro las buenas formas y las atenciones que se tienen las personas entre ellas.
En estas Navidades, en las que lo políticamente correcto pasa de detestarlas a prohibir sus expresiones populares, se hace necesario revivir sus orígenes y tradición, para desearle felicidad a todos. Desde aquí, especialmente, a usted, que sigue estas Crónicas Bárbaras.
Gracias por leer estas reflexiones de un bárbaro metido en un mundo de gentes civilizadas. Feliz Navidad.
Qué cierto, qué cierto lo que dice
Publicado por: Carles | sábado, 23 diciembre 2006 en 21:51