Analizando la última encuesta del CIS sobre la aceptación de sus políticos, los españoles parecen ser poco machistas: la vicepresidenta Fernández de la Vega está más valorada que su jefe, el hombre de talante sonriente y optimismo antropológico, Rodríguez Zapatero.
Pero también si la presidenta de Madrid, Esperanza Aguirre, tuviera la proyección nacional de su congénere del Gobierno, seguramente gozaría de mejor valoración que la de su jefe, Mariano Rajoy.
Dos señoras a las que muchos ciudadanos quisieran ver en contienda para regir el gobierno de España durante cuatro años, porque inspiran más confianza y seguridad que sus actuales líderes.
Mujeres triunfadoras, hechas a si mismas. La vicepresidenta no es ministra-cuota femenina, como algunas de sus compañeras. Tampoco Aguirre necesitó cuotas, y con su fuerza y preparación desmanteló las leyendas de tonta que le crearon quienes la temían.
Una conduce el PSOE desde hace bastantes años dentro del pelotón de los diputados que siempre son electos. Maneja al Gobierno con firmeza, delicadeza y elegancia. Trata de disimular las carencias de RZ. Parece la representante de un torero proclive a las cogidas.
La otra es dura y competitiva: se enfrentó a más elecciones que De la Vega como número uno y renunció a un triunfo fácil en Madrid, cuando los socialistas Tamayo y Sáenz traicionaron al PSOE, irritados porque le cedió a IU importantes negocios inmobiliarios que consideraban que le correspondían a ellos que, además, habían sido fundamentales para la elección de RZ como secretario general del partido.
Aguirre rechazó ser presidenta bajo esas condiciones y ganó unas nuevas elecciones. Después, salió de un accidente de helicóptero como de su oficina y siguió trabajando como si nada hubiera ocurrido.
Una trata de hilvanar una España desmadejada por RZ, otra ha hecho de Madrid una de las áreas más prósperas de Europa.
¡Señoras presidentas, ya. No más dirigentes actuales, y que los franceses..., veremos si se atreven a votar a Ségolène Royal!
Como mujer, me alegra su comentario, aunque debo reconocer que la vicepresidenta es más cuota que Esperanza Aguirre. Creo que Aguirre sería una gran presidenta. La señora Royal me parece más mediática.
Publicado por: Isabel Cortés | domingo, 26 noviembre 2006 en 17:52